Entre el 14 y 16 de agosto, un grupo de técnicos del Instituto Geofísico realizó una visita a las fuentes de agua termal y vertientes naturales localizadas en las inmediaciones del volcán Tungurahua con la finalidad de medir los parámetros físico-químicos y realizar muestreos para su posterior análisis químico.
Este tipo de tareas son parte del monitoreo de rutina que se realiza en los principales centros volcánicos del país, como es el caso del Tungurahua. Este volcán estuvo en erupción por casi dos décadas entre 1999 y 2016. Después de eso, ha mantenido niveles de actividad muy bajos, sin embargo, sigue siendo vigilado por las redes y el personal del Instituto Geofísico de la EPN.
Durante la campaña se visitaron los balnearios más importantes de la Ciudad de Baños como: La Virgen, El Salado, Santa Ana, así como la fuente termal del Hotel Monte Selva y el Balneario de las Caras en el sector de Chacauco.
Los técnicos visitaron también las fuentes termales localizadas en la zona de Palictahua (hoy llamadas Ojo del Fantasma), al suroccidente del volcán.
El pasado 16 de junio, las fuertes lluvias ocurridas en la zona provocaron una fuerte crecida del Río Puela que causó el colapso de al menos dos puentes y parte de la carretera en el sector de Palictahua, provincia de Chimborazo.
Pero no solo eso, el complejo de piscinas Tambo Capil, que se encontraba en remodelación se vio severamente afectado, cortando la vía de acceso, e inundándose sus piscinas y parqueadero. De igual manera muchas de las infraestructuras que se encuentran en la zona fueron severamente dañadas por el lodo y escombros, dificultando el ingreso de los técnicos hasta las termas de la parte superior.
Todas las muestras recolectadas en esta campaña serán analizadas en el Centro de Investigación y Control Ambiental CICAM de la EPN, para conocer la composición de los elementos mayoritarios.
¿Quieres saber más sobre las fuentes termales? Descarga nuestro tríptico “Fluidos Volcánicos (Aguas termales y gas)”: https://www.igepn.edu.ec/publicaciones-para-la-comunidad/comunidad-espanol/tripticos/21957-triptico-aguas-termales-y-gas-2019
D. Sierra, E. Telenchana
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
El 08 de agosto de 2024, un grupo de técnicos del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN) realizó una campaña de vigilancia en las vertientes de agua en los alrededores del volcán Cotopaxi. Estas tareas forman parte de las actividades de monitoreo rutinario que realiza el IG-EPN en las zonas de influencia volcánica, para mejorar el entendimiento de la dinámica de los centros volcánicos ecuatorianos.
Entre 2022 y 2023 el Cotopaxi experimentó un episodio eruptivo de baja magnitud, cuya principal consecuencia fueron caídas de ceniza de pequeña magnitud. Al momento el volcán mantiene una actividad tanto interna como superficial considerada como baja sin cambios.
Durante esta campaña, se llevaron a cabo mediciones de parámetros físico-químicos del agua mediante la utilización de un equipo multiparamétrico. Así mismo, se recolectaron muestras de agua que serán analizadas en el Centro de Investigación y Control Ambiental (CICAM) de la EPN, para la determinación de las especies mayoritarias.
El Cotopaxi es el volcán más vigilado del país y uno de los más vigilados del mundo. Tiene una red de más de 60 estaciones incluyendo GPS, sismómetros, detectores de lahares y medidores de gases. Las campañas de este tipo complementan al monitoreo instrumental y permiten detectar anomalías, las cuales pueden utilizarse en la evaluación y pronóstico de la actividad volcánica.
¿Quieres aprender más sobre el Cotopaxi? Descarga el siguiente tríptico: https://www.igepn.edu.ec/publicaciones-para-la-comunidad/comunidad-espanol/materiales-para-ninos-1/25037-triptico-volcan-cotopaxi-para-ninos
D. Sierra, E. Telenchana
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
Entre el 5 y 8 de agosto de 2024, en el marco de la colaboración científica con la Universidad de Roma 1 – la Sapienza y la Universidad Simon Fraser University (SFU), miembros del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN) realizaron una campaña de medidas de gravimetría en el volcán Cotopaxi.
El monitoreo gravimétrico (Fig. 1) se utiliza en conjunción con mediciones de sismicidad, desgasificación y deformación para determinar potenciales cambios de masa bajo la superficie del volcán. La gravimetría permite estimar cambios en el sistema magmático del volcán, como por ejemplo el volumen y densidad de intrusiones magmáticas, así como su profundidad y localización con respecto a los puntos de medición. La gravimetría ayuda también a cuantificar cambios en el sistema hidrotermal del volcán.
Las mediciones rutinarias de gravimetría permiten establecer un nivel de monitoreo base en volcanes en actual estado de reposo, como es el caso del volcán Cotopaxi. Las mediciones se realizaron en los flancos occidental, oriental, refugio sur y cerca a la entrada del Parque Nacional Cotopaxi con un gravímetro Scintrex CG-5, propiedad del IG-EPN, y un gravímetro LaCoste & Romberg, propiedad de SFU (Fig. 2).
Los trabajos realizados con la cámara térmica (Fig. 3) muestran que las temperaturas de los campos fumarólicos del flanco occidental (Fig. 4 A), flanco norte (Yanasacha, Fig. 4 B, C, D), y flanco oriental (Fig. 4 C) se mantienen bajos y estables. Las temperaturas máximas aparentes alcanzadas por las fumarolas son de 30 °C; considerando que la distancia juega un papel importante en la subestimación de los datos.
Así mismo se observa el deterioro del glaciar noroccidental mismo que se fractura en la zona alta del volcán, al occidente del campo fumarólico de Yanasacha. Este deterioro viene de la mano del cambio climático que ha afectado a otros volcanes en el Ecuador (por ejemplo, el Chimborazo).
El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional extiende un profundo agradecimiento al personal de Aglomerados Cotopaxi S.A., Hostería San Joaquín, Refugio de Montaña Cotopaxi Cara Sur, y al personal del Parque Nacional Cotopaxi, que apoyaron a los técnicos del IG-EPN para realizar esta tarea.
Al momento de la emisión del presente informativo, la actividad superficial e interna del volcán se mantiene catalogada como BAJA con tendencia SIN CAMBIO.
A. Calahorrano, M. Córdova, M. Almeida
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
A la una y cuarto de la mañana del 16 de agosto de 1868, dos sacudimientos sísmicos grandes separados pocos segundos arruinaron a la provincia de Imbabura. Las ciudades de Ibarra, Atuntaqui, Cotacachi, Otavalo y Urcuquí fueron completamente destruidas, así como muchos pueblos de sus alrededores. Según Pedro Fermín Cevallos, Otavalo perdió de 2.500 a 3.000 habitantes sin contar heridos y mutilados, Cotacachi 1.300, Ibarra de 1.200 a 1.300, Urcuquí y sus alrededores 1.200; Atuntaqui, Salinas, Tumbabiro e Imantag, algo más de 2300. El autor indica: “Para un sacudimiento como el de entonces, no cabía escape para edificios ni para mortales, pues fácilmente cayeron de cuajo los templos levantados sobre cimientos y muros de cal y canto como las casas construidas sobre adobes, de uno o dos pisos”. El Dr. García Moreno, nombrado Jefe Civil y Militar de la provincia indica que el terremoto dejó de 15 a 20.000 muertos (Amílcar Varela).
Los efectos se sintieron también en el campo: “Los cerros se desquiciaron y la tierra se corrió como el agua en varios puntos. Los ríos se represaron con los derrumbes de las lomas y con sus desestancamientos hubieron espantosos aluviones que barrieron los bosques” (Teodoro Gómez de la Torre, citado por Amílcar Varela). Los deslizamientos de las estribaciones de los volcanes de la provincia como el Yanahurco, Cotacachi e Imbabura taponaron algunas quebradas y se generaron aluviones que cubrieron extensas zonas (El Ejido de Caranqui, la Banda, y la Calera en Cotacachi fueron zonas cubiertas por estos aluviones). Debido a la destrucción de los caminos, la comisión médica enviada desde Quito llegó a la provincia de Imbabura siete días después del terremoto.
La población sobreviviente de Ibarra se reasentó en la zona de la parroquia La Esperanza. Tres años y seis meses más tarde retornaron a su antigua localidad.
La magnitud estimada del sismo en base a la distribución de intensidades de 7.3 (Beauval y colaboradores 2010), que lo convierte en uno de los terremotos más grandes generado por fallas tectónicas de la corteza continental en el país. Identificar la fuente sísmica de este terremoto se ha convertido en una tarea difícil y compleja por la falta de información sismológica en esa época ya que la primera estación sísmica en el país se instaló 36 años más tarde. Se han realizado estudios neotectónicos donde se ha conjeturado que el terremoto se habría originado en la falla tectónica de Otavalo (Eguez y colaboradores, 2003) o en el sistema de fallas de Billecocha (Saqui, 2019 y Jomard et al., 2021) que se encuentra en los páramos de la cordillera occidental, entre el Cotacachi y el Yanahurco.
Es importante señalar que el terremoto de Imbabura fue precedido por otro evento de menor magnitud con epicentro en zona de El Angel, provincia del Carchi, que ocurrió cerca de las 16h00 del 15 de agosto y que afectó a las poblaciones de El Ángel y Mira. Este sismo ha sido atribuido a la falla tectónica El Angel que está descrita por Eguez y colaboradores (2003).
El Instituto Geofísico mantiene la vigilancia y el estudio sísmica de la provincia de Imbabura con una red de 6 estaciones sísmicas, cuatro en los alrededores de Cuicocha, una en el flanco occidental del Imbabura, en Chachimbiro, incluyendo una estación de la Red Mundial y cinco acelerógrafos instalados en las zonas urbanas Ibarra, Otavalo, Atuntaqui y Cotacachi.
M. Ruiz Romero
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
El 25 de julio de 2024, un grupo de técnicos del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN) realizó una campaña de vigilancia en las vertientes de la zona de Peguche, provincia de Imbabura.
Las Cascadas de Peguche son un importante atractivo turístico y se encuentran en la comunidad de Faccha Llacta a unos 3 km de la ciudad de Otavalo. La Cascada de Peguche es un salto de agua de unos 20m de altura y constituye un área ambiental recreativa, conformada por un bosque con una extensión de unas 40 hectáreas. Esta área alberga en su interior unas pequeñas surgentes de agua subterránea con ligero burbujeo de gas. Dada su posición geográfica y sus características, se ha sugerido que pueden pertenecer al sistema hidrotermal del volcán Imbabura.
Durante esta campaña, se llevaron a cabo mediciones de parámetros físico-químicos del agua mediante la utilización de un equipo multiparamétrico. Así mismo, se recolectaron muestras de agua que serán analizadas en el Centro de Investigación y Control Ambiental (CICAM) de la EPN, para la determinación de las especies mayoritarias.
Estas tareas forman parte de las actividades de monitoreo rutinario que realiza el IG-EPN en las zonas de influencia volcánica, para mejorar el entendimiento de la dinámica de los centros volcánicos.
¿Quieres aprender más sobre los fluidos volcánicos? Visita el siguiente link: https://www.igepn.edu.ec/publicaciones-para-la-comunidad/comunidad-espanol/tripticos/21957-triptico-aguas-termales-y-gas-2019
D. Sierra, M. Almeida, S. Hidalgo
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