Incremento de actividad eruptiva
El volcán Sangay, ubicado en el flanco suroriental de la Cordillera Real, es uno de los centros eruptivos más activos del Ecuador registrando una constante actividad desde 1628 (Hall, 1977). El Instituto Geofísico mantiene un monitoreo sísmico permanente en el volcán, con el fin de identificar los periodos de mayor actividad que se presentan en el Sangay. En períodos anteriores, mediante sobrevuelos se ha constatado que durante las fases eruptivas es común un tipo de actividad estromboliana, caracterizada por la emisión de flujos de lava, flujos piroclásticos, domos de lava y columnas de gas y ceniza (que generalmente no llegan a afectar zonas pobladas).
El último periodo de actividad registrada en el Sangay empezó en enero de 2015, la misma que se prolongó hasta mediados de abril de 2015. Durante este periodo ocurrieron dos flujos de lava pequeños que alcanzaron pocos cientos de metros bajo el nivel del cráter central; además, se registraron columnas eruptivas con una carga moderada de ceniza, que no llegó a zonas habitadas.
Posteriormente a este episodio eruptivo, la actividad interna y superficial del volcán bajó a su nivel de base hasta el 5 de marzo de 2016 cuando se comenzó a registrar esporádicos eventos sísmicos, como se observa en la figura 1.
Sin embargo, es a partir de los días 8 y 9 del presente que esta sismicidad se hace mucho más importante, con la presencia de eventos de largo período (31 el 9 de marzo), algunos sismos volcano tectónicos y señales de explosiones pequeñas (11 desde el 7 de marzo), así como pequeños episodios de tremor, como se muestra en la estadística de la figura 2.
La figura 3 muestra una señal sísmica del día de hoy a las 15h35 (10h35 tiempo local) en la que se aprecia una explosión seguida por un tremor armónico con una frecuencia de 1 Hz (figura 3).
Por otro lado, las imágenes satelitales provenientes de la NOAA, muestran una anomalía térmica el día de hoy, con una emisión registrada a las 02h05TL, con dirección al Sur, figura 4.
Con esta nueva anomalía se requiere mantener un monitoreo constante, en especial por la presencia de columnas de emisión que pueden por un lado llegar a zonas pobladas, dependiendo de la dirección del viento y por otro pueden perturbar la circulación aérea.
Es importante indicar que no es conveniente ascender al volcán mientras dure esta anomalía.
GV,VV,AA,MR
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional