Los datos provenientes de los diferentes instrumentos necesitan ser capturados, almacenados y analizados por los científicos. Para esto se han desarrollado varias herramientas de software que permiten capturar, organizar y almacenar los datos provenientes de los instrumentos. Uno de los programas informáticos más relevantes en el ámbito volcánico se llama SAMI 3 (Sistema de Adquisición y Monitoreo Integrado), que ha sido desarrollado por personal del IG, y que permite obtener y manejar datos de varios instrumentos.
Se está realizando el diseño e implementación de un equipo que nos permita realizar la medición de la concentración de CO2 disuelto en fuentes acuosas cercanas a los volcanes como método de evaluación de la variación del estado de la actividad del volcán. Este equipo estará integrado por un sistema abierto de agua, un sistema cerrado de gas y un circuito de control.
Actualmente se está desarrollando un digitalizador para señales sísmicas en base a dispositivos FPGA, en su primera versión se hará para una componente y posteriormente se implementará para 3 componentes. Actualmente se tiene lista la adquisición digitalizada y la entrada del tiempo a través del GPS, al momento se está trabajando en el almacenamiento de datos y en el pórtico de comunicaciones.
Descenso de flujos piroclásticos la tarde de hoy 30 de agosto 2014
En la tarde de hoy a las 18h23(TL), se produjo una explosión de intensidad moderada, la que fue seguida del descenso de un flujo piroclástico por el flanco nor-occidental del volcán, dejando un depósito en la cabecera alta de la quebrada Mandur. Este flujo recorrió aproximadamente unos 1500 m bajo el borde del cráter (Figura 1) y es el primero que ocurre en el periodo eruptivo que comenzó el 27 de julio del 2014.
Figura 1. Secuencia de imágenes de la columna de emisión de casi 4 km de altura sobre el cráter, producida después de la explosión de las 18h23(TL). Acto seguido se tuvo la generación del primer flujo piroclástico del período de actividad que inició el 27 de julio del 2014 (Fotos G. Viracucha OVT/IG).
Pocos minutos después, a las 18h51(TL) se produjo una nueva explosión y aparentemente se generó un nuevo flujo piroclástico, la nubosidad del volcán no permitió hacer observaciones del descenso de este flujo. A las 19h00(TL), una explosión de intensidad moderada dio lugar a la generación de otro flujo piroclástico, que tampoco pudo ser observado, pero que sin embargo fue registrado por la cámara térmica instalada en el flanco occidental del volcán, en la que se observó que este flujo piroclástico descendió por la cabecera alta de la quebrada Hacienda (Fig. 2).
Figura 2. Imagen térmica registrada a las 19h02(TL), donde se observa a la derecha el depósito aún caliente del flujo piroclástico ocurrido a las 18h23(TL), hacia la izquierda se observa el depósito dejado por el flujo piroclástico originado a las 19h04(TL) y que descendió por la quebrada Mandur.
Al mismo tiempo que ocurrían los fenómenos descritos se informó a las autoridades locales, provinciales y de la Secretaría de Gestión de Riesgo y vía radio se comunicó a las comunidades que se ubican en la zona de amenaza alta. Una vez más insistimos en que no se pueden detectar señales que permitan anticipar la ocurrencia de flujos piroclásticos, una vez que estos se producen la única manera de detectarlos es visualmente o con la ayuda de una cámara infrarroja, sin embargo, como se indica antes, las condiciones de nubosidad del volcán podrían impedir la observación y consecuentemente la emisión de alertas. Debemos recordar que los flujos piroclásticos son torrentes de material incandescente, gas y vapor con altas temperaturas que descienden por los flancos de los volcanes a altas velocidades afectando lo que encuentren en su camino.
Al momento, la actividad continúa manifestándose con la ocurrencia de explosiones, por lo que es posible que se produzcan nuevos flujos piroclásticos. El Observatorio del Volcán Tungurahua y el Instituto Geofísico se mantendrán pendientes de la evolución de la actividad eruptiva.
FN/GV/PR/MR
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
En relación a la nota de prensa publicada por el diario El Comercio en su página web el día 27 de agosto, bajo el titular “Se pronostica una erupción de mayor intensidad del volcán Tungurahua”, el mismo que ha causado preocupación e incertidumbre en la ciudadanía; debemos manifestar enfáticamente, como ya lo hemos hecho anteriormente, que científicamente no existe manera de hacer predicciones sobre la actividad volcánica, esto es determinar con precisión la ubicación, la fecha, la hora y la magnitud de un evento de tal naturaleza. En base al conocimiento del registro geológico del volcán, a la interpretación de los datos del monitoreo instrumental y al patrón de la actividad reciente del volcán, se definen escenarios de actividad que podrían ocurrir en el volcán con una mayor o menor probabilidad.
En el Informe Especial N° 19 de la actividad del volcán Tungurahua, publicado el 19 de agosto del presente, claramente indicamos “…se estima como el escenario más probable que el volcán siga desgasificando, que persistan las explosiones pequeñas a moderadas y que se produzcan leves y/o moderadas caídas de ceniza en las zonas aledañas al volcán…. Con la evacuación constante de los gases paulatinamente cesarán las emisiones y las condiciones de la actividad retornarán a los niveles anteriores.”; y en seguida a continuación decimos “Un escenario menos probable es aquel en que se produzca un ascenso rápido de un nuevo volumen de magma, rico en gases, que empujaría al magma que actualmente está estancado en las partes altas del cono. Esto podría dar lugar a una erupción explosiva con la posible generación de flujos piroclásticos. Este escenario podría ocurrir en un plazo de días a semanas. Sin embargo varias señales geofísicas serían precursoras de un evento con estas características, las que hasta el momento no han ocurrido.”
Luego del 19 de agosto, la actividad del volcán se manifestó de acuerdo a lo previsto en el escenario más probable, sin embargo en los últimos días esta actividad ha experimentado un cambio, lo cual nos lleva a emitir un nuevo informe el 26 de agosto, al que hace referencia a la nota de prensa, y en el que afirmamos “En resumen, se cree que el volcán y sus manifestaciones superficiales están respondiendo a un ascenso sostenido de un cuerpo magmático que no ha logrado una rápida salida a la superficie. El registro continúo de altos niveles de gas SO2, la inflación muy notable en la parte alta del volcán, y el registro continuo de tremores y explosiones son indicios de un sistema magmático muy perturbado y probablemente cercano a producir una erupción de mayor intensidad y magnitud en el plazo de días a semanas. En este caso se podrían producir inclusive flujos piroclásticos peligrosos descendiendo hasta los flancos bajos del volcán. A corto plazo se espera caídas de ceniza moderadas hasta fuertes al occidente del cráter si no hay cambios en la dirección del viento.”.
De esta manera, una vez que hemos visto evidencias en los últimos días de que se ha producido un ascenso de magma hacia las partes superiores del volcán, el segundo escenario descrito en el informe del 19 de julio tiene ahora una mayor probabilidad de ocurrir y es lo que mencionamos en nuestro informe del 26 de agosto. Sin embargo, hay incógnitas sobre la manera que se presente la actividad eruptiva de mayor intensidad que se menciona, ya que podrían producirse fuertes explosiones y/o una emisión intensa de ceniza o incluso con flujos piroclásticos descendiendo por sus quebradas. Por esto, los técnicos del IGEPN y todos volcanólogos en general, delinean escenarios y no pronósticos para dar una visión en base de los datos de monitoreo y la experiencia colectiva, de que posiblemente va hacer un volcán. En el interior de un volcán es muy difícil saber las condiciones magmática y peor a verlas. No es así con las nubes meteorológicas que son visibles y saben su rumbo, y donde se puede hacer un “pronóstico” sobre su arribo a tal zona. Es importante destacar que frente a esta probabilidad, es necesario que las autoridades y las comunidades sujetas a esta eventual situación, sean conscientes de ello y se activen los planes de preparación y contingencia.
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