El Universal / 8 de mayo de 2011
A la ciudad de México le hace falta un sistema de alerta sísmica generalizado para que todos los ciudadanos puedan reaccionar en cuanto se aproxime un sismo, asegura el doctor Carlos Valdés, jefe del Servicio Sismológico Nacional (SSN).
En entrevista, aseguró que también es necesario que las personas sepan qué hacer en los 50 segundos de anticipación que puede dar la alerta.
El investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM explica que en México funcionan diferentes sistemas de alerta sísmicos, pero se activan con distintas magnitudes y según el origen del movimiento, por lo que no hay un sistema estándar para toda la ciudad.
Además, aclara que en caso de sismo, sólo algunas radiodifusoras y canales de televisión difunden la alerta, situación que evita que toda la población esté enterada. Por ello, el gobierno capitalino busca instalar en escuelas y edificios públicos radioreceptores que se enciendan automáticamente cuando se emita la alerta sísmica.
El sismo que nadie conoce
Luego de los últimos temblores que se han percibido en el DF, el sismólogo reconoció que en la ciudad se espera un sismo muy fuerte, pero no hay certeza de cuándo ocurrirá. Ningún experto lo puede pronosticar, asegura el académico.
“Si alguien podía haber tenido técnicas predictivas adecuadas era Japón, tenían el dinero y los recursos, la ciencia adecuada, pero todavía no llegamos a ese punto”, afirma.
Lo que sí se sabe, asegura el experto, es que será en una de las costas de Guerrero más cercanas al DF y que será de unos 7.5 grados Richter.
“En la zona de Guerrero hay lo que se conoce como una brecha sísmica, un sitio donde desde hace cerca de 100 años no se ha presentado un sismo importante. La fecha del último sismo en ese lugar es el 16 de diciembre de 1911. Como no se ha presentado un sismo en ese lugar,se ha acumulado suficiente energía”, detalla Valdés.
Explica que la zona entre Acapulco y Petatlán, cerca de Zihuatanejo, es una región donde, según los registros históricos, se presentan temblores, de entre 7.5 y 7.7 grados.
“Un sismo de esa magnitud va a producir movimientos que podrían poner en una situación crítica a edificaciones que no estén bien construidas, y la gente que no hace simulacros o que no hemos tratado de hacer planes y definir en dónde hay que ubicarnos, la podemos pasar no muy bien”, alerta.
Para ello, considera que la alarma sísmica generalizada es importante para evitar tragedias, pero también lo es la participación ciudadana.
“Tenemos que saber qué hacer con esos 50 segundos; puede ser un tiempo muy bueno si sabemos qué hacer o un tiempo extremadamente corto si no”.
Valdés descarta tajantemente que el planeta Tierra esté más inquieto que otros años, sólo que los datos sobre sismos se han difundido más, por lo que la gente está más informada y más sensible.
Además, los instrumentos científicos se han perfeccionado y detectan con más detalle los temblores. “La parte digital mejora la calidad y nos permite hacer análisis matemáticos que anteriormente con tiras de papel no se podía”, explica.