Desde mediados de octubre de 2022, el volcán Cotopaxi atraviesa un nuevo proceso eruptivo. Este proceso se ha caracterizado por emisiones de gases y ceniza. Aunque estas emisiones han sido de pequeña magnitud, los días 26 de noviembre y 20 de diciembre, cuando el viento presentaba altas velocidades y se dirigía hacia el norte y noroccidente, la nube de ceniza alcanzó distancias superiores a 60 km, causando caídas leves de ceniza en los Valles, el Sur y el Centro de Quito.
El Cotopaxi es vigilado 24/7 a través de varias cámaras web desplegadas en los flancos del volcán, mismas que fueron instaladas desde el año 2008. Algo llamativo durante el actual proceso eruptivo del volcán Cotopaxi es que el IG-EPN ha detectado “luz” o “brillo” proveniente del cráter durante algunas noches en que el volcán estaba despejado (figura 1). Esta luz puede ser observada por cualquier persona si está suficientemente cerca al volcán (<15 km) y las condiciones climáticas son favorables. No es la primera vez que se observa este “brillo” en el Cotopaxi, fenómenos similares ya se habían registrado durante el proceso eruptivo de 2015 como se puede ver en la figura 1A.
Figura 1: Luz o brillo en el cráter del volcán Cotopaxi mediante la cámara de Sincholahua ubicada a 15 km al nororiente del volcán: A) detectado el 03 de octubre de 2015, B) detectado el 20 de diciembre de 2022.
Por otro lado, desde el año 2000 agencias espaciales internacionales (en particular la NASA) han lanzado varios satélites al espacio con el objetivo de vigilar los diferentes procesos naturales que ocurren en la superficie de la Tierra. Uno de esos procesos son las anomalías termales o de calor. Estas anomalías son generadas principalmente por incendios forestales y en menor medida por actividad volcánica. Para este último, universidades y organismos de varias partes del mundo han reunido esfuerzos para crear varias plataformas virtuales que se encargan de la adquisición y procesamiento de las imágenes satelitales; para su posterior aviso en forma de alertas termales. Para el caso de Ecuador, el IG-EPN tiene convenios con los sistemas MIROVA (https://www.mirovaweb.it/) y MOUNTS (https://www.mounts-project.com/) con el objetivo de complementar la vigilancia volcánica.
Adicionalmente, existen otras plataformas como AVA y FIRMS que realizan un procesamiento a nivel global enfocado principalmente en la detección de incendios forestales pero que, para el Ecuador, el IG-EPN las ha adaptado para la vigilancia volcánica. La figura 2 muestra un ejemplo de las anomalías termales detectadas por diferentes sensores satelitales. Anomalías de este tipo se han registrado en el cráter del volcán Cotopaxi de manera continua desde marzo del 2015 hasta el presente (figura 3).
Figura 2: A) Anomalía termal registrada por el sistema MIROVA el 02 de diciembre del 2022 por medio del satélite Sentinel-2. B) Seis anomalías termales registradas por el sistema FIRMS desde noviembre hasta diciembre 2022 por medio del sensor VIIRS abordo de los satélites S-NPP y NOAA-20.
La información de estas técnicas de vigilancia ha sido compilada y graficada en una serie de tiempo conjuntamente con las alturas máximas diarias de las emisiones de gas y las emisiones de ceniza registradas por las cámaras que rodean al volcán Cotopaxi (figura 3). El gráfico permite observar que las anomalías termales registradas por los satélites han sido un fenómeno “común” a lo largo de estos 7 años (figura 3A) y que ocurren tanto en periodos de calma como en periodos eruptivos. Por otro lado, es notorio que la observación de “brillo” en el cráter ocurre únicamente durante periodos eruptivos (triángulos morados en la figura 3).
En conclusión, estas observaciones ratifican que el volcán Cotopaxi atraviesa actualmente un proceso eruptivo, el cual se ha ido intensificando progresivamente, pero sin llegar a los niveles registrados durante la erupción de 2015. La figura 3B nos muestra que las emisiones de ceniza, el brillo en el cráter y las anomalías termales son cada vez más frecuentes, aunque de menor intensidad, comparadas con la erupción de 2015.
Figura 3: Actividad superficial del volcán Cotopaxi: A) Periodo enero 2015 – enero 2023, B) Periodo octubre- diciembre 2022. Las barras celestes representan la altura máxima de las emisiones de vapor de agua y gases sobre el nivel de la cumbre. La línea azul entrecortada es una media móvil cada 7 días de las emisiones de gas para definir la tendencia de los datos. Las barras rojas indican la altura máxima alcanzada por las emisiones de ceniza ocurridas durante los periodos eruptivos de 2015 y 2022-2023. Los rombos naranjas son los días en que se detectaron anomalías termales por medio de sensores satelitales y los triángulos morados son los días en que se observó brillo en el cráter del volcán. Nótese que el brillo en el cráter solo es detectado durante procesos eruptivos.
El IG-EPN continúa vigilando la actividad del volcán Cotopaxi con el fin de entender su comportamiento y la evolución de su erupción. Al momento de la emisión de este reporte, la actividad del volcán Cotopaxi es Superficial Moderada con Tendencia Ascendente e Interna Moderada con Tendencia Ascendente.
Sabemos que el volcán Cotopaxi atraviesa un nuevo proceso eruptivo y lo más importante es permanecer informados. Conoce el mapa de potenciales amenazas frente en caso de una erupción grande del Volcán Cotopaxi. ¿Dónde queda tu casa? ¿Tu lugar de trabajo? ¿La escuela de tus niños? Explora el mapa interactivo generado por el IG-EPN y el portal del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias (SNGRE) con información sobre el volcán Cotopaxi:
FJ. Vasconez, P. Ramón, A. Vásconez, D. Sierra, S. Hidalgo
Corrector de Estilo: G.Pino
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional