El volcán Sangay está ubicado en la Cordillera Real, a 45 km al Sureste de Riobamba y a 40 km al Noroeste de Macas, y es considerado como uno de los volcanes más activos en Sudamérica. Los registros históricos de su actividad eruptiva se remontan al año 1628 (Hall, 1977) y en el último siglo se registraron algunos períodos importantes de actividad durante 1903, 1934-1937, 1941-1942, 1975-1976 y 1995-Presente (Monzier et al., 1999). Observaciones de su actividad superficial, efectuadas en los últimos 40 años, permitieron reconocer algunos cambios morfológicos importantes en la cumbre del volcán. Durante este tiempo se ha podido observar el surgimiento de nuevos cráteres, el crecimiento de domos, la extrusión de flujos de lava, explosiones con emisiones locales de ceniza y flujos piroclásticos relativamente pequeños.
Un mapa de peligros o amenazas volcánicas fue elaborado para el volcán Sangay aplicando programas computacionales (VolcFlow, Ash3D, Tephra2 y LaharZ) que simulan los distintos fenómenos volcánicos que podrían ocurrir durante una erupción. Los datos que se utilizaron para las simulaciones fueron obtenidos de los pocos estudios geológicos efectuados en este volcán (Hall, 1977; Monzier et al., 1999; Johnson et al., 2003) y del volcán Tungurahua, debido a su analogía con el Sangay en cuanto a su composición química, estilo eruptivo y reología de sus flujos volcánicos. Los resultados de estas simulaciones delimitaron zonas de potencial afectación para cada uno de los fenómenos modelados, y por tanto, este mapa constituye una herramienta importante para la gestión de riesgos naturales en la región de influencia del volcán.
Adicionalmente, es importante recordar que el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional instaló, en agosto de 2013, instrumentos de monitoreo sísmico (banda ancha e infrasonido) y para la medición de dióxido de azufre (SO2) en el flanco suroccidental del volcán Sangay. Estos instrumentos facilitan la vigilancia de la actividad interna y superficial del volcán, lo cual permitirá dar una alerta temprana en caso de una potencial reactivación.
Con respecto al monitoreo de este volcán, en septiembre de 2013 personal del (IGEPN), instaló aproximadamente a 4 km al suroeste del volcán Sangay, una estación de monitoreo permanente conformada por un sensor sísmico de banda ancha, un sensor de infrasonido y una estación para monitoreo de gases. La instalación de la instrumentación mencionada forma parte de del proyecto de "Fortalecimiento del Instituto Geofísico: ampliación y modernización del Servicio Nacional de Sismología y Vulcanología" financiado por el SENESCYT.
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JO/LT
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