Reporte del Enjambre Sísmico en la Zona de Volcán de Cotopaxi – Mayo 2012
John Lyons, Mónica Segovia, Mario Ruiz
Introducción.-
El Instituto Geofísico mantiene el monitoreo de la actividad del volcán Cotopaxi a través de una red de 5 estaciones sísmicas de banda ancha con sensores co-localizados de infrasonido y 6 estaciones de periodo. A través de este monitoreo se detectó entre el 14 de mayo y el 18 de mayo del 2012 un pequeño enjambre sísmico, el cual es analizado a continuación.
Conclusiones.-
La ubicación del enjambre mayo 2012 es similar al de un enjambre que se produjo en noviembre de 2001, el cual fue seguido por una migración de la sismicidad desde el flanco norte hacia la zona del cráter y por un cambio de las características de los sismos de volcano-tectónicos a sismos LP, lo cual fue interpretado como señales de una inyección de magma que no alcanzó la superficie. La ubicación del enjambre actual cerca al registrado en el 2001 sugiere que esta sismicidad podría estar también relacionada con la inyección de un dique o de otro movimiento volcánico. Si bien es difícil llegar a conclusiones sólidas a partir de un número limitado de eventos en este pequeño enjambre, por el momento parece que el enjambre mayo 2012 pudo haber sido totalmente de origen tectónico. Sin embargo, no podemos excluir la posibilidad de que el campo de esfuerzos local fue modificado por un proceso relacionado con el Cotopaxi (por ejemplo, la inyección de magma en un dique), que posteriormente provocó el enjambre sísmico. Cuando se ve en la Figura 6, la dirección de fallamiento se alinea con dos valles orientados NE-SO que se extienden en los flancos del volcán Sincholagua, asi como también con la dirección de la cumbre del antiguo volcán Rumiñahui. La distribución de los hipocentros también tiene una tendencia parecida. Sin más datos es difícil de cuantificar la relación entre el enjambre de mayo y otros alineamientos locales o regionales. Sin embargo, los resultados de la ubicación epicentral y los alinemientos señalados sugieren una posible relación, que podría atribuirse a la existencia de un sistema de fallas más extensa o una zona de debilidad en esta área. Un estudio de campo en esta área podría ser utilizado para delinear la actividad antigua y potencialmente identificar la expresión superficial de la falla. Una campaña de GPS en esta área también podría proporcionar información valiosa de apoyo sobre el movimiento del suelo y la acumulación de esfuerzos.
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