Aunque la situación de Armero, ubicado a 72 km del volcán, fue considerada como “peligrosa” con base en los estudios geológicos, y en particular se mencionó que la ciudad de Armero podría ser afectado por flujos de lodo en caso de una erupción del Nevado del Ruiz, un cúmulo de errores humanos contribuyó a la falta de una alerta temprana a la población. Después de que la erupción comenzó, y aun cuando la policía de Armero fue notificada, no hubo respuesta (o hubo muy poca). Esto se juntó al hecho de que la erupción sucedió dos días antes de que un plan de manejo de emergencia fuera revisado. De este modo, a pesar del conocimiento científico, varios factores humanos propiciaron el desastre.
El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional quiere compartir con la comunidad una serie de publicaciones alrededor de estos hechos, a fin de mantener viva la memoria colectiva y contribuir así a la formación de una cultura de prevención en Ecuador, tanto en los individuos como en la sociedad, consciente de que vivimos en un país con muchos volcanes activos y poblaciones asentadas en sus alrededores.
Entre otras publicaciones, ponemos a disposición del público los artículos “Chronology of the principal scientific and governmental actions leading up to November 13, 1985 eruption of Nevado del Ruiz, Colombia”, de Minard Hall, miembro del IG, y sus conclusiones traducidas al castellano; “The 1985 Nevado del Ruiz volcano catastrophe: anatomy and retrospection”, de Barry Voight, de Park University; y “En prevención de desastres, la ciencia es necesaria pero no suficiente. Armero 20 años después del desastre”, de Omar Darío Cardona, profesor de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales.
También compartimos la presentación “Generación de lahares por erupciones de estratovolcanes con casquetes glaciares en América del Sur: Caso Erupción del Nevado del Ruiz en 1985”, escrita por Liliana Troncoso del IG; y la crónica “Armero, un pueblo fantasma”, de Ana María Cuartas, estudiante de periodismo de la Universidad Sergio Arboleda, de Colombia.
El artículo de Minard Hall presenta una detallada lista de las acciones científicas y gubernamentales desarrolladas en los meses anteriores a la erupción del 13 de noviembre de 1985 y sus resultados. En sus conclusiones, expone, entre otros puntos, que aunque se habían llevado a cabo investigaciones científicas mucho antes de la tragedia, éstas no incluyeron una evaluación del peligro volcánico. Además, las diferencias culturales y de tradiciones de los dos departamentos que podían ser afectados por el volcán jugaron un rol fundamental en la forma en que cada una de ellas se preparó y en la cobertura que dieron los medios. También señala que, poco antes de la tragedia, la publicación del mapa de peligros, donde se señalaba que Armero tenía altísimas posibilidades de ser afectado por lahares, se vio obstaculizada por poderosos intereses económicos locales. Y, sobre todo, que la falta de una preparación sistemática y sostenida de las comunidades amenazadas por una posible erupción fue la mayor falla.
El artículo de Omar Darío Cardona señala que aunque en los meses previos a la erupción del Nevado del Ruiz científicos colombianos y extranjeros emitieron informes sobre la actividad anómala del volcán, “a lo que no se dio importancia (…) fue a la vulnerabilidad de la población en todas sus dimensiones, desde el punto de vista físico, económico y social. Se desconocieron aspectos tales como el imaginario (…) de los pobladores y sus realidades sociales, su percepción del riesgo, la falta de organización institucional y de coordinación, las condiciones políticas locales, regionales y nacionales, entre otros.”
La presentación “Generación de lahares por erupciones de estratovolcanes con casquetes glaciares en América del Sur: Caso Erupción del Nevado del Ruiz en 1985”, escrita por Liliana Troncoso del IG, compila los factores fenomenológicos y antrópicos de la erupción. En la parte antrópica, analiza los múltiples factores que influyeron para que una erupción de tamaño moderado se convirtiera en un desastre.
Finalmente, la crónica “Armero, un pueblo fantasma”, de Ana María Cuartas, explora la dimensión humana de este desastre, caracterizando las secuelas emocionales que trajo esta tragedia a la población armerita y las heridas que aún hoy, 25 años después, no pueden cerrarse en los sobrevivientes y familiares de las personas que partieron el 13 de noviembre de 1985.
Links relacionados al tema:
http://intranet.ingeominas.gov.co/manizales/P%C3%A1gina_Principal
http://www.terra.com.co/noticias/articulo/html/acu36308-armero-25-anos-de-una-tragedia-anunciada.htm
http://revistaing.uniandes.edu.co/pdf/A11%2031.pdf
http://desastres.unanleon.edu.ni/pdf/2003/mayo/envio1/pdf/spa/doc5006/doc5006-contenido.pdf
