Los acelerómetros registran la aceleración con la que se mueve el suelo, poseen tres sensores ortogonales: componente vertical, norte-sur y este-oeste. Los registros de los eventos obtenidos son procesados y analizados, determinando los valores de aceleración máxima y puede determinarse la escala de intensidad, estos datos son útiles para entender el comportamiento al que puede ser sometida las estructuras durante un sismo o un terremoto destructivo.
El primer acelerómetro se lo instala en la Escuela Politécnica Nacional, posteriormente se amplía la cobertura en todo el Distrito Metropolitano de Quito, posteriormente, con la Red Nacional de Acelerógrafos (RENAC) se cubre la costa, sierra y oriente en la principales ciudades. Esta red permite la recopilación de valiosa información para el estudio del movimiento del suelo y el cálculo de aceleraciones. Entre el uso de estos datos está la determinación de leyes de atenuación, lo que constituye un ente fundamental para el análisis de la amenaza sísmica en el territorio ecuatoriano, además del estudio de movimiento del suelo en las principales ciudades estableciendo el grado de respuesta sísmica en las edificaciones.