La generación de mapas de amenaza para volcanes activos o potencialmente activos es un paso fundamental hacia la mitigación del riesgo para las comunidades vulnerables. En Ecuador se tiene 34 volcanes activos y potencialmente activos. El Instituto Geofísico ha generado mapas de amenaza para los principales volcanes desde la década de los 80 y actualmente son 13 volcanes activos que cuentan con mapas de amenaza.
Estos mapas comunican información sobre un conjunto de amenazas que incluyen la caída de tefra (cenizas), lahares (flujos de lodo volcánico), flujos de lava, corrientes de densidad piroclástico y avalanchas de escombros (deslizamientos de tierra volcánicos). La huella de amenaza de cada uno de ellos depende, en primer orden, de si están en erupción en la atmósfera (y por lo tanto dominados por el transporte en la atmósfera), o si forman flujos que viajan a lo largo de la superficie del suelo lejos del volcán. Para cada tipo de amenaza, la magnitud (volumen) y la intensidad (tasa de descarga) del evento también determinan la extensión de la huella.
La caída de tefra difiere de los otras amenazas en que puede tener efectos proximales a regionales y, en casos extremos, globales. Los otros tipos de amenaza afectan característicamente a los alrededores del volcán, con los tipos más móviles, lahares y corrientes de densidad piroclástico, capaces de alcanzar drenajes distales a más de 100 km del volcán.
Es de vital importancia entender que actualmente se emplea una amplia variedad de métodos para generar mapas de amenazas, así como reconocer la noción de que un modelo no puede adaptarse a todas las situaciones. Los primeros mapas generados por el Instituto se basan únicamente en la distribución de eventos anteriores según lo determinado por la geología, los últimos mapas tienen en cuenta los intervalos de recurrencia estimados de eventos pasados y se los presenta con dos o más escenarios, también se utilizan simulaciones por computadora de los procesos volcánicos para medir posibles extensiones futuras de impacto y esta se combina con información geológica y modelos estadísticos para desarrollar mejores mapas de amenaza.
En 1987, el Instituto Geofísico empezó con la operación continua de la red de sismógrafos: RENSIG, que constaba de 11 estaciones de periodo corto, una red de transmisión de datos en tiempo real, y con la adquisición y procesamiento de datos. Con el tiempo se incrementó el número de estaciones y se diversificó los tipos de sensores. En la actualidad se cuenta con alrededor de 450 estaciones para el monitoreo continuo de la actividad volcánica y sísmica en Ecuador, incluida las islas Galápagos.
Para el año 2008, se cuenta con las primeras estaciones de banda ancha y en el año 2012 se completa un proyecto con la SENASCYT que permitió modernizar la Red Sísmica Nacional con sensores de banda ancha y digitalizadores de mejor resolución. También se mejora la adquisición y procesamiento de datos, de tal manera que se dispone de localizaciones automáticas confiables que entregan resultados entre 2 a 3 minutos de ocurrido el sismo.
A nivel mundial empieza a operar una red instrumental a inicios del siglo XX. The International Seismological centre, cuenta con datos desde 1904 en su catálogo ISC-GEM Global Instrumental Earthquake Catalogue. Para Ecuador tenemos el catálogo unificado con datos desde 1901 y 14 sismos históricos importantes que fueron localizados con métodos indirectos y ocurrieron entre 1587 y 1868.
¿Qué tan frecuentes son los sismos que pueden causar afectación en la población e infraestructura? Desde 1906, cinco terremotos con una magnitud superior a 7,7 se han producido en la parte poco profunda de la zona de subducción. Terremotos de menor magnitud, pero más superficiales y destructivos se han originado en fallas crustales cerca de áreas pobladas. Al menos 13 terremotos destructivos de este tipo (intensidades iguales o superiores a VIII) se han producido en los últimos cinco siglos (Beauval et al., 2010).
Para tener una idea de la frecuencia de sismos grandes (mayores a 6), el grafico a continuación muestra que se puede tener un sismo de 7 o más por quinquenio y alrededor de 5 o más de magnitud 6 o superior. Por ejemplo, entre 2015-2020 se tiene 22 eventos mayores o iguales a 6, varias réplicas del sismo de 7.78 de abril del 2016.
El volcán Cayambe está ubicado en la parte Norte de la Cordillera Real del Ecuador, a 60 km al Nor-Oriente de Quito y a tan sólo 15 km al Oriente de la cuidad de Cayambe. El Cayambe es un volcán compuesto, formado por varios domos, presentando así varias cumbres, de las cuales la máxima alcanza 5790 m.
Sobre los 4800 m el volcán está cubierto por un importante casquete glaciar que cubre un área aproximada de 22 km2 y alcanza un espesor de 30 a 50 m en la zona de la cumbre. Es uno de los complejos volcánicos más grandes del país, cubriendo un área de 24 km en dirección Este-Oeste y 18 km en dirección Norte-Sur. Morfológicamente la zona oriental presenta altas pendientes y topografía accidentada, correspondiendo al edificio joven; mientras que la occidental tiene un relieve más suave y constituye el edificio antiguo.
El Nevado Cayambe es un edificio que ha presentado actividad volcánica en los últimos 11800 años (Hall y Mothes, 1994). Los productos observados en los estudios de campo son principalmente domos o flujos de lava, flujos piroclásticos, lahares y caídas de lapilli y ceniza (Samaniego et al., 2004). El registro de la actividad más reciente del Cayambe incluye 18 a 20 erupciones en los últimos 4000 años, las mismas que están distribuidas en tres periodos de actividad volcánica (Samaniego et al., 1998). El primer periodo se habría dado entre 3800 y 3500 años AP; el segundo entre 2500 y 1700 años AP; y el último inició hace 1100 años. La última erupción del Cayambe ocurrió en los años 1785-1786 (Ascázubi, 1802) y se la describe como una erupción subglaciar que habría producido caídas moderadas de ceniza en Cayambe y la misma habría terminado con un flujo de lava o un lahar en 1786.
La ciudad de Cayambe y otros poblados se encuentran en el curso del descenso de lahares y flujos piroclastos. La tabla a continuación muestra el número de habitantes según el censo del año 2010.
Población |
||||||
NOMBRE |
Tipo |
Hombres |
Mujeres |
Censo 2010 |
Estimación 2020 |
viviendas |
CAYAMBE |
CABECERA CANTONAL |
18742 |
19313 |
38055 |
45311 |
10085 |
COOP. ATAHUALPA DE PESILLO |
LOCALIDAD AMANZANADA |
497 |
564 |
1061 |
1263 |
264 |
OLMEDO (PESILLO) |
CABECERA PARROQUIAL |
427 |
465 |
892 |
1062 |
250 |
PRIMERO DE MAYO |
LOCALIDAD AMANZANADA |
301 |
346 |
647 |
770 |
176 |
COOP. LA CHIMBA |
LOCALIDAD AMANZANADA |
222 |
242 |
464 |
552 |
115 |
MUYURCU |
LOCALIDAD AMANZANADA |
69 |
76 |
145 |
173 |
34 |
El Complejo Volcánico Chiles-Cerro Negro se encuentra ubicado en la frontera de Ecuador (provincia del Carchi) y Colombia (departamento de Nariño), a 25 km al Oeste de la ciudad de Tulcán y a 130 km al Norte de Quito.
El edifico actual del Chiles está conformado fundamentalmente por varios episodios de flujos de lava y el volcán Cerro Negro por flujos de lava y de piroclástos. La actividad actual de este complejo volcánico se manifiesta en una actividad sísmica predominante y se exterioriza en la presencia de fuentes termales y solfataras
Las ciudades de Tufiño y Maldonado se encuentran en el curso de los flujos piroclásticos y lahares y el Chical en el curso de los flujos de lodo. La tabla a continuación muestra el número de habitantes según el censo del año 2010.
Población |
||||||
NOMBRE |
Tipo |
hombres |
mujeres |
Censo 2010 |
Estimación 2020 |
Viviendas |
TUFIÑO |
CABECERA PARROQUIAL |
571 |
562 |
1133 |
1273 |
281 |
EL CHICAL |
CABECERA PARROQUIAL |
290 |
278 |
568 |
638 |
130 |
MALDONADO |
CABECERA PARROQUIAL |
200 |
176 |
376 |
422 |
81 |
El Cotopaxi es considerado uno de los volcanes con alto peligro, por la frecuencia de sus erupciones, su estilo eruptivo, su relieve, su cobertura glaciar y por la población potencialmente expuestas a sus amenazas. Desde el inicio de la conquista española, el Cotopaxi ha presentado cinco grandes periodos eruptivos: 1532-1534, 1742-1744, 1766-1768, 1853-1854 y 1877-1880. Todos los episodios se presentaron con fenómenos volcánicos muy peligrosos, estos volverán a repetirse en el plazo de años a décadas. Los cuatro últimos periodos generaron grandes pérdidas socio-económicas en el Ecuador. La peligrosidad del Cotopaxi radica en que sus erupciones pueden dar lugar a la formación de enormes lahares (flujos de lodo y escombros) que transitarían por drenajes vecinos a zonas densamente pobladas como el Valle Interandino entre Mulaló y Latacunga, y una parte del valle de los Chillos.
En el curso de los flujos de lahares se encuentran las ciudades de Latacunga y Salcedo, hacia el sur y Sangolquí en el norte y otros poblados que pueden ser afectados en caso de una erupción importante.
La tabla a continuación muestra la lista de estos poblados y su población según el censo del 2010 y una estimación de la población al 2020.
Población |
||||||
NOMBRE |
Tipo |
Hombres |
Mujeres |
Censo 2010 |
Estimación 2020 |
Viviendas |
SANGOLQUI |
CABECERA CANTONAL |
36428 |
38465 |
74893 |
95146 |
20416 |
CONOCOTO |
CABECERA PARROQUIAL |
34044 |
36364 |
70408 |
83044 |
19157 |
LATACUNGA |
CAPITAL PROVINCIAL |
30466 |
33116 |
63582 |
72942 |
16869 |
CUMBAYA |
CABECERA PARROQUIAL |
14885 |
15839 |
30724 |
36238 |
8743 |
TUMBACO |
CABECERA PARROQUIAL |
9155 |
9817 |
18972 |
22377 |
5548 |
SAN CARLOS |
LOCALIDAD AMANZANADA |
7871 |
8168 |
16039 |
18917 |
4290 |
SAN MIGUEL |
CABECERA CANTONAL |
5744 |
6324 |
12068 |
13267 |
3265 |
GUANGOPOLO |
CABECERA PARROQUIAL |
964 |
980 |
1944 |
2293 |
484 |
AHUANO |
CABECERA PARROQUIAL |
430 |
479 |
909 |
1122 |
178 |
LASSO |
LOCALIDAD AMANZANADA |
410 |
429 |
839 |
963 |
212 |
MULALO |
CABECERA PARROQUIAL |
379 |
414 |
793 |
910 |
202 |
PUERTO MISAHUALLI |
CABECERA PARROQUIAL |
371 |
341 |
712 |
879 |
165 |
PUERTO NAPO |
CABECERA PARROQUIAL |
242 |
238 |
480 |
593 |
125 |
PANSALEO |
CABECERA PARROQUIAL |
200 |
261 |
461 |
507 |
115 |
SAN PEDRO DE AUCAPARTE |
LOCALIDAD AMANZANADA |
127 |
114 |
241 |
298 |
46 |
PUCACHIPTA |
LOCALIDAD AMANZANADA |
118 |
108 |
226 |
279 |
32 |
RUMIPAMBA |
CABECERA PARROQUIAL |
12 |
15 |
27 |
34 |
9 |
Mulaló: zona potencialmente afectada por múltiples peligros (piroclastos, lahares)
Adicionalmente, la caída de ceniza producida durante una erupción del Cotopaxi podría afectar una parte muy significativa de la Sierra y la Costa del Ecuador.
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DIRECTOR
INSTITUTO GEOFÍSICO DE LA ESCUELA POLITÉCNICA NACIONAL
El volcán Guagua Pichincha se encuentra ubicado aproximadamente a 12 km del centro de Quito y dado a que su cráter está abierto hacia el occidente, la mayoría de los flujos piroclásticos relacionados con las erupciones del domo Cristal se han dirigidos al occidente, una zona boscosa y con escasa población.
La distancia máxima de tránsito de los flujos piroclásticos en los últimos mil años ha sido aproximadamente 24 km aguas abajo del domo Cristal. El volcán puede generar zonas de depositación de lahares secundarios, que se forman por fuertes lluvias y la removilización de material depositado en los cauces de los ríos.
En caso de una erupción, Lloa podría ser afectado por varios peligros volcánicos: flujos de piroclástos y lahares, Quito, Mindo y Nono por flujos de lahares.
La siguiente tabla, muestra las poblaciones en estos poblados según el censo del año 2010.
Población |
||||||
NOMBRE |
Tipo |
Hombres |
Mujeres |
Censo 2010 |
Estimación 2020 |
Viviendas |
NONO |
CABECERA PARROQUIAL |
215 |
193 |
408 |
481 |
128 |
LLOA |
CABECERA PARROQUIAL |
336 |
370 |
706 |
833 |
195 |
MINDO |
CABECERA PARROQUIAL |
832 |
911 |
1743 |
2768 |
376 |
QUITO |
CAPITAL Ecuador |
776823 |
828690 |
1605513 |
1893642 |
463412 |
Los mecanismos focales (MF), también llamados pelotas de playa, son una representación bidimensional de la geometría de una falla y cómo se mueve ésta durante un sismo.
En una falla, en la que ocurre un movimiento relativo de un bloque (bloque techo) respecto a otro (bloque pie) durante un terremoto, la geometría de la misma está definida por la orientación del plano que separa estos dos bloques y la dirección del deslizamiento sobre este plano (Figura 1).
La geometría de la falla u orientación del plano y el movimiento relativo de los bloques está determinada por tres ángulos:
Los MFs pueden ser calculados por diferentes metodologías. Los más usados, son los de primeros movimientos (polaridades) e inversión de formas de onda.
Método de las polaridades del primer movimiento
El método de polaridades es el más sencillo y se basa en el patrón de radiación de las ondas P (Figura 3b y 3c) y consiste en dibujar sobre la proyección estereográfica la dirección e inclinación del movimiento de las ondas P que arriban a una estación sísmica: si el primer movimiento es hacia arriba es una compresión, al contrario, si es hacia abajo es una dilatación. El ploteo define cuadrantes, separados por dos planos nodales (que representa el plano de falla), uno de los cuales corresponde al plano de falla y el otro a un plano auxiliar, perpendicular al anterior. Por convención se colorea los cuadrantes que representan zonas de compresión y las áreas blancas representan zonas de dilatación.
Método por inversión de formas de onda
Es un método comparativo que se basa en la comparación de ondas que se denominan teórica o sintéticas y las ondas registradas en los sismogramas. Las ondas sintéticas son generadas a partir de variaciones de la geometría de las fallas (azimut, inclinación), movimientos (ángulo de deslizamiento), magnitud y localización del hipocentro, tomando en cuenta los cambios que las ondas sufren en el camino y su registro por las estaciones. El mecanismo focal es el más probable, cuando las ondas teóricas se asemejan a las observadas.
Cuando se genera una inversión, se pueden (según el método) re-calcular algunos parámetros sísmicos, tales como localización y magnitud.
Método de inversión de formas de onda MECAVEL
En el caso del método MECAVEL, además de calcularse el mecanismo focal, se puede obtener una mejor precisión de la magnitud y profundidad focal.
Para una información más profunda pueden referirse a Bufforn (1994), Stein y Wysession (2009), Cronin (2010)
En Ecuador se han producido terremotos de gran magnitud que han provocado daños considerables a la población e infraestructura del país. Se estima que las victimas superan las 65000 desde la llegada de los españoles. El último terremoto grande se registró el 16 de abril de 2016, de magnitud Mw 7.8, y afectó fundamentalmente a la provincia de Manabí y el sur de la de Esmeraldas. Estos eventos llegan a ser más catastróficos por la calidad de las construcciones, son estas que fracasan al momento del terremoto las causantes de la catástrofe, no el terremoto en sí mismo, los terremotos sacan a la luz las condiciones de vulnerabilidad que ya existían antes del evento natural.
El análisis probabilístico del peligro sísmico (PSHA, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo cuantificar las incertidumbres en el conocimiento de la generación de los eventos sísmicos y combinarlas para producir una descripción explícita de la distribución de las sacudidas futuras que pueden ocurrir en un sitio dado (e.g. McGuire 2004).
El PSHA cuantifica en un sitio determinado el nivel del sacudimiento del suelo ligado a una probabilidad dada de que dicho nivel de sacudimiento sea excedido durante una ventana de tiempo específica. Para ello se deben considerar todos los posibles terremotos que puedan ocurrir en las fuentes sísmicas y el movimiento de suelo resultante de cada uno de ellos en el sitio de interés.
El mapa, que está para su descarga (en formato shape), presenta los valores de las aceleraciones para un periodo de retorno promedio de 475 años, o una probabilidad de 10% de ser excedida al menos una vez en los próximos 50 años. Se presentan los valores medios de la distribución de aceleraciones resultando de la exploración del árbol lógico del modelo de fuente y del árbol lógico del movimiento del suelo (GMPEs: ecuaciones de predicción del movimiento del suelo). La aceleración del movimiento del suelo está en unidad de gravedad (g).
En el mapa se muestra 3146 puntos en los que se calculó el peligro sísmico para un sitio genérico en roca (VS30=760m/s). Los resultados están para 8 periodos espectrales: PGA (0.0 segundos), y los valores en 0.07, 0.05, 0.1, 0.2, 0.5, 1 y 2 segundos.
Este nivel de peligro corresponde al requerido por la NEC para las construcciones normales.
Mapa de Peligro Sísmico para un periodo de retorno de 2475 años
El PSHA cuantifica, en un sitio determinado, el nivel del sacudimiento del suelo ligado a una probabilidad dada de que dicho nivel de sacudimiento sea excedido durante una ventana de tiempo específica (pe. 2% de ser excedidos en los próximos 50 años --> periodo de retorno de 2475 años). Para ello se deben considerar todos los posibles terremotos que puedan ocurrir en las fuentes sísmicas y el movimiento de suelo resultante de cada uno de ellos en el sitio de interés. Esto último se obtiene mediante la aplicación de los modelos pertinentes de predicción de la atenuación de las ondas sísmicas, junto con las probabilidades de ocurrencia de los sismos que las generan.
Peligro sísmico probabilístico para un período de retorno de 2475 años
El territorio nacional se dividió en 3146 cuadrículas en las que se calculó el peligro sísmico para una condición genérica y uniforme de sitio catalogado como roca (VS30=760m/s –> velocidad de la onda de corte en los primeros 30 metros de la corteza).
El mapa que está descargando contiene los valores medios de la aceleración horizontal pico (PGA –> peak ground acceleration) para un periodo de retorno de 2475 años, o expresado en término de probabilidades, una probabilidad del 2% de que ese valor de PGA sea excedido una o más veces en los próximos 50 años. Este período de retorno corresponde al nivel de riesgo aceptable requerido por la NEC para las construcciones de uso especial.
Los valores medios corresponden a la media de la distribución de aceleraciones aplicando en el cálculo el árbol lógico completo del modelo de predicción de la sismicidad por fuentes y el árbol lógico completo de predicción del movimiento del suelo (Beauval et al. 2018). La aceleración del movimiento del suelo está expresada en unidades de gravedad (g —> 1g=980 m/s2)
Los resultados de aceleración horizontal también están calculados para 7 periodos espectrales, a más del PGA: 0.07s, 0.05s, 0.1s, 0.2s, 0.5 s, 1s y 2s.
En el mapa de peligro sísmico correspondiente a la media, vemos que la mayor parte del país, a excepción del Nororiente, tiene valores de PGA mayores que 0,5g, con valores mayores a 0.9g en la línea costera del centro y norte de Manabí, alrededor de 1G en Quito y los segmentos centrales del sistema de fallas del límite sur del Bloque Norandino CCPP, y con valores de hasta1.4g en Esmeraldas. Si observamos el mapa correspondiente al percentil 16, la mayor parte del país presenta un PGA más alto que 0,4g. Los segmentos Pallatanga y Cosanga del límite CCPP, Quito-Latacunga y el centro-sur de Esmeraldas obtienen un PGA mayor que 0,7g.
En el mapa de peligro sísmico correspondiente a la media vemos que la mayor parte del país, a excepción del centro- y nor-oriente y de las cuencas terciarias de la Costa, tiene valores de PGA entre 0,3 y 0,4g, con valores mayores de 0,5g en la línea costera de Esmeraldas, en Quito y a lo largo de los dos segmentos centrales de sistema de fallas del límite sur del Bloque Norandino CCPP.
Mapa de Peligro Sísmico para un periodo de retorno de 475 años
El PSHA cuantifica, en un sitio determinado, el nivel del sacudimiento del suelo ligado a una probabilidad dada de que dicho nivel de sacudimiento sea excedido durante una ventana de tiempo específica (pe. 10% de ser excedidos en los próximos 50 años --> periodo de retorno de 475 años). Para ello se deben considerar todos los posibles terremotos que puedan ocurrir en las fuentes sísmicas y el movimiento de suelo resultante de cada uno de ellos en el sitio de interés. Esto último se obtiene mediante la aplicación de los modelos pertinentes de predicción de la atenuación de las ondas sísmicas, junto con las probabilidades de ocurrencia de los sismos que las generan.
Peligro sísmico probabilístico para un período de retorno de 475 años
El territorio nacional se dividió en 3146 cuadrículas en las que se calculó el peligro sísmico para una condición genérica y uniforme de sitio catalogado como roca (VS30=760m/s –> velocidad de la onda de corte en los primeros 30 metros de la corteza).
El mapa que está descargando contiene los valores medios de la aceleración horizontal pico (PGA –> peak ground acceleration) para un periodo de retorno de 475 años, o expresado en término de probabilidades, una probabilidad del 10% de que ese valor de PGA sea excedido una o más veces en los próximos 50 años. Este período de retorno corresponde al nivel de riesgo aceptable requerido por la NEC para las construcciones de uso común.
Los valores medios corresponden a la media de la distribución de aceleraciones aplicando en el cálculo el árbol lógico completo del modelo de predicción de la sismicidad por fuentes y el árbol lógico completo de predicción del movimiento del suelo (Beauval et al. 2018). La aceleración del movimiento del suelo está expresada en unidades de gravedad (g —> 1g=980 m/s2)
Los resultados de aceleración horizontal también están calculados para 7 periodos espectrales, a más del PGA (0s), estos son los SA en el nombre de los atributos: 0.07s, 0.05s, 0.1s, 0.2s, 0.5 s, 1s y 2s.
Los acelerómetros registran la aceleración con la que se mueve el suelo, poseen tres sensores ortogonales: componente vertical, norte-sur y este-oeste. Los registros de los eventos obtenidos son procesados y analizados, determinando los valores de aceleración máxima y puede determinarse la escala de intensidad, estos datos son útiles para entender el comportamiento al que puede ser sometida las estructuras durante un sismo o un terremoto destructivo.
El primer acelerómetro se lo instala en la Escuela Politécnica Nacional, posteriormente se amplía la cobertura en todo el Distrito Metropolitano de Quito, posteriormente, con la Red Nacional de Acelerógrafos (RENAC) se cubre la costa, sierra y oriente en la principales ciudades. Esta red permite la recopilación de valiosa información para el estudio del movimiento del suelo y el cálculo de aceleraciones. Entre el uso de estos datos está la determinación de leyes de atenuación, lo que constituye un ente fundamental para el análisis de la amenaza sísmica en el territorio ecuatoriano, además del estudio de movimiento del suelo en las principales ciudades estableciendo el grado de respuesta sísmica en las edificaciones.
El Reventador está ubicado a unos 90 km al Este de Quito. El complejo volcánico está constituido por dos edificios, uno antiguo que ha sufrido dos colapsos sectoriales dejando un gran escarpe de deslizamiento; y el cono actual que ha crecido dentro del anfiteatro dejado por dichos deslizamientos. Las lavas del cono actual son principalmente andesitas y andesitas basálticas. El cono tiene una forma alargada hacia el Este, con pendientes de hasta 34º.
La actividad histórica de este volcán es poco conocida debido a su remota ubicación, su inaccesibilidad y a las persistentes malas condiciones climáticas que impiden observaciones visuales directas. Sin embargo, se estima que el volcán ha tenido al menos 16 erupciones entre 1541 y la actualidad. Los períodos eruptivos confirmados previo al que se inició en 2002 son: 1898-1912, 1926-1929, 1944, 1959-1960, 1972-1974, 1976 y 2002. Estas erupciones estuvieron caracterizadas por flujos piroclásticos menores, flujos de lava en bloques, flujos de lodo y caídas de ceniza (Hall et al., 2004).
No existen poblados en las zonas de peligro por piroclastos y lahares, si hay infraestructura que puede ser afectada como el oleoducto y vías. Las caídas de ceniza pueden alcanzar a varias ciudades de la serranía ecuatoriana, como ocurrió en la erupción del 2002 ((VEI=3), la columna eruptiva generada se elevó 16-17 km y produjo un volumen aproximado de tefra de 60 millones de m3 que se dirigió hacia el Occidente del volcán. La caída de ceniza tuvo una afectación regional significativa, En Quito se midió entre 1 y 2 mm de ceniza acumulada.
El volcán Sangay (5230 msnm) es un estratovolcán activo situado a 45 km al sureste de Riobamba, es el volcán con mayor actividad de la zona volcánica norte de los Andes y uno de los volcanes andesíticos más activos del mundo, desde el año 1628 manifiesta actividad continua. Erupciones de gran magnitud sucedieron en 1628, 1728, 1738-1744, 1842-1843, 1849, 1854-1859, 1867-1874, 1872, 1903, 1934-1937 y 1941-1942 y la actual.
Durante una erupción los gases y materiales piroclásticos (ceniza, fragmentos de roca, piedra pómez, cascajo) son expulsados al aire desde el cráter y forman parte de una columna eruptiva que puede alcanzar varios kilómetros de altura y sostenerse por minutos u horas. La peligrosidad de este fenómeno depende del volumen de material emitido en la erupción, la intensidad y duración de la erupción, la distancia al punto de emisión y la dirección del viento.
El mapa muestra en color azulado la caída de piroclastos corresponden a un escenario con VEI=3, como los vientos dominantes son procedentes del este (ESE hasta NE), la ceniza es transportada al oeste, afectando el Valle Interandino entre Riobamba y Alausí. en esta zona se encuentra Babahoyo y nueve cabeceras cantonales más. La población aproximada en esta zona de caída de piroclastos, según el censo del 2010 es de 410000.
La zona de color rojo intenso sería potencialmente afectada por flujos piroclásticos, y/o flujos de lava, y/o flujos de escombros, y/o por rocas rodantes, en caso de que ocurra una erupción o explosión pequeña a moderada. Esta zona ha sido afectada por tales fenómenos durante muchos cientos/miles de años.
La zona de color rojo pálido podría ser afectada por flujos piroclásticos, y/o flujos de lava y/o flujos de escombros, y bloques rodantes, en caso de que ocurra una erupción de mayor magnitud. Macas es la ciudad más importante en el curso de los flujos que bajarían por el río Upano y poblados menores a orillas del río Palora.
La zona de línea punteada corresponde a avalanchas de escombros, que afecte particularmente el flanco oriental del volcán, ya que fue este flanco el cual creó las grandes avalanchas de escombros al colapsar Sangay I y II que pueden estar asociados a erupciones explosivas o sismos fuertes, que afortunadamente son poco frecuentes.
Los sismómetros registran la velocidad a la que se mueve el suelo, la gran mayoría de las estaciones disponibles en el Instituto Geofísico muestrean con tazas de 100 datos por segundo, estos datos son una base importante para estudios tectónicos y volcánicos.
El Instituto Geofísico comparte con la comunidad internacional a través del consorcio IRIS, 19 estaciones sísmicas de banda ancha, estos datos se encuentran en formato SEED, un formato estándar internacional para el intercambio de datos sismológicos digitales, lo que facilita los estudios. Estos datos están disponibles para su descarga en descarga de estaciones en formato mseed.
En este espacio encuentra también las gráficas de los registros diarios de varias estaciones, clasificadas por volcán: señal sísmica y los contenidos de frecuencias de esas señales o espectrograma.
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