El día 12 de diciembre de 2023 falleció “el Negro”, una de las mascotas más queridas del Observatorio del Volcán Tungurahua (OVT). El Negro o “Porky” como le llamaban algunos de los vulcanólogos, acompañó al personal del Instituto Geofísico durante los turnos y largas veladas de vigilancia que implicaban monitorizar un volcán tan activo como lo era el Tungurahua.
Figura 1.- El Negro, vigilante del volcán Tungurahua (Foto: M. Almeida IG-EPN).
El volcán Tungurahua permaneció en erupción desde el año 1999 hasta el año 2016. Durante este tiempo el IG-EPN se dedicó a fortalecer las redes de monitoreo en el volcán y a articular el sistema de alerta para salvaguardar la vida de los pobladores de las comunidades aledañas. El Observatorio del Volcán Tungurahua (OVT) se estableció en el año de 1999 pero no fue sino hasta el 2001 cuando se asentó en su sitio definitivo en la Hacienda Guadalupe de la familia Chávez, en el Cantón Pelileo.
Si quieres conocer más sobre el OVT, sigue el siguiente enlace: https://www.igepn.edu.ec/ovt.
La erupción del Tungurahua duró casi dos décadas, tras su última actividad eruptiva el 26 de febrero de 2016 el volcán retornó a la calma. Si bien hoy en día no presenta actividad superficial y su sismicidad se mantiene en niveles bajos, este volcán se considera activo.
Figura 2. Columna eruptiva en el volcán Tungurahua (26/02/2016, Francisco Vásconez, OVT-IG-EPN). Imagen térmica de los depósitos de flujos piroclásticos en el flanco occidental del volcán (26/02/2016, cámara de Mandur, IG-EPN).
“El Negro” fue adoptado por el personal del IG-EPN en el año 2005 y acompañó a los vulcanólogos en sus tareas. Era un perro de temperamento fuerte, pero a la vez cálido y juguetón. Un fiel guardián del observatorio, pero sobre todo una entrañable compañía. La mayoría de los canes les temen a los ruidos de la pirotecnia y las explosiones, pero el Negro no. No había explosión, cañonazo o bramido que le perturbara, él mantenía su mirada fija en el volcán, con un gesto sereno, pero a la vez vigilante.
Tras el cierre del observatorio, en el 2019, “el Negro" se mudó a la casa de la Jefa de Vulcanología del IG-EPN en Cumbayá-Quito. A sus 18 años de edad falleció por causas naturales, pero todos los vulcanólogos lo recordarán como un entrañable miembro del Observatorio del Tungurahua.
Figura 3.- Homenaje a la Memoria del Negro, mascota del Observatorio del Tungurahua (2005-2023).
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica nacional