Hace 118 años, el 31 de Enero de 1906, a las 10h36 de la mañana, hora local, ocurrió el gran terremoto de Ecuador – Colombia. En páginas oficiales del Servicio Geológico de Estados Unidos o de la Agencia indica que la mejor estimación de la magnitud de este sismo es 8.8 (https://earthquake.usgs.gov/earthquakes/eventpage/official19060131153610_30/impact). Este sismo se generó por la dislocación o desplazamiento de un tramo de la zona de contacto entre la placa Nazca y la placa Sudamericana que se extendió desde Manta hasta cerca del puerto de Buenaventura en la costa colombiana, con una extensión cercana a los 500 km.
Figura 1.- Mapa del noroccidente de Sur América con la localización y área de ruptura aproximada del sismo de enero 31 de 1906. Estrella = epicentro del sismo principal Polígono=zona de ruptura aproximada (modificados de Kanamori and McNally, 1982). Fuente: Sánchez & Clavijo, 2011.
El terremoto fue precedido por varias sacudidas menos graves. En Guapi, se registraron dos sismos premonitores el día 31. El segundo fue más fuerte y se sintió hasta Guayaquil y Quito, aunque esta sacudida no se notó en Manta. El sismógrafo Omori-Bosch de baja sensibilidad del Observatorio Astronómico de Quito registró cuatro sismos premonitores el inicio de ondas sísmicas a las 9:02, 9:08, 9:25 y 9:40. El sismo de las 9:00 dañó algunas estructuras en Esmeraldas y alrededores; todos los objetos no asegurados se volcaron o se desplazaron. Se sintieron réplicas recurrentes al menos hasta finales de marzo.
En Esmeraldas se destruyó la casa de la Gobernación y muchas otras quedaron dañadas y se abrieron profundas grietas en el terreno, por donde emanó agua y arena (licuefacciones) (Egred, Informe Inédito). Muchas poblaciones de la costa quedaron prácticamente destruidas. En el momento del terremoto, un habitante de Tumaco (Colombia) se encontraba en la puerta de su casa relató que: “De repente, empezaron unas oscilaciones muy fuertes y todo el mundo cayó al suelo. Toda la isla en la que está situada la ciudad parecía moverse, y las casas subían y bajaban como barcos en un mar embravecido. Era imposible moverse... Sólo se derrumbaron cuatro casas de madera y varias chozas de bambú. Si la ciudad no se hubiera construido exclusivamente con casas de madera, habría quedado en ruinas.” (https://www.ngdc.noaa.gov/hazel/view/hazards/earthquake/event-more-info/2748).
Los efectos también se sintieron en la Sierra, en Ibarra se cayó la fachada de la iglesia de la Merced y de varias casas, en Cotacachi se cayeron a tierra la iglesia y varias casas. En Otavalo se destruyó el templo de San Francisco y algunas casas.
Este sismo generó un tsunami de grandes proporciones. José Egred, pionero en la Sismología Histórica relata que sus efectos fueron muy graves en la provincia de Esmeraldas y en el sur de Colombia. En Limones, desaparecieron bajo las aguas cuatro islas. Daños en las provincias norteñas de la Sierra. La ciudad de Esmeraldas fue casi inundada por un maremoto que entró en el puerto, anegando las calles principales. Treinta muertos reportados, pero se estima un número mucho mayor, dada la imposibilidad de realizar un conteo real, por las características geográficas de la zona y las consecuencias del tsunami. Las olas arrojaron a la costa de Tumaco 90 cadáveres y centenares de heridos.
Los efectos del tsunami llegaron a Hilo, Hawaii unas 12,5 horas después del terremoto. El rango de oscilaciones del nivel del agua fue de 3,6 m y el periodo de 30 minutos. Los cauces de los ríos Wailuku y Wailoa se secaron alternativamente y luego desaparecieron bajo la marejada (https://earthquake.usgs.gov/earthquakes/eventpage/official19060131153610_30/impact).
Se reportaron réplicas hasta varios días después y posiblemente meses. Por lo general se habla en términos generales como es el caso de la siguiente nota: “Durante veinte días consecutivos se sintieron en Esmeraldas veinticinco temblores de tierra.” (Egred, Informe Inédito).
Autor: Mario Ruiz
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional