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EFE | Washington, EE.UU.

Un sismo que alcanzó una magnitud de 6,5 grados en la esla de Richter se registró hoy en el Mar de Célebes, al sur de Las Filipinas, pero no generó un aviso de tsunami, informó hoy el Servicio Geológico de Estados Unidos.

El organismo estadounidense, con sede en Colorado, indicó que el terremoto se produjo a las 14:39 GMT y dijo que el centro del movimiento se ubicó a unos 528 kilómetros de profundidad.

El epicentro se ubicó a unos 310 kilómetros al sur este de Jolo, en el archipiélago de Sulu, y 2.130 kilómetros al este nordeste de Yakarta, en Indonesia.

De momento no se tiene noticia de daños personales o materiales que haya podido producir este movimiento telúrico.

   

“Breves fundamentos sobre los terremotos en Ecuador”, “Los peligros volcánicos asociados con el Tungurahua”, “Reforzamiento estructural de construcciones de adobe”, “Manejo del riesgo sísmico en Quito” o “Los peligros volcánicos asociados con el Cotopaxi” son algunas de las publicaciones que el Instituto Geofísico ofrece a la comunidad ecuatoriana e internacional  sobre temas sismológicos y vulcanológicos. Estas publicaciones y otras pueden ser descargadas de la página del Instituto,  en formato pdf, de forma gratuita en el enlace http://www.igepn.edu.ec/index.php/publicaciones-para-la-comunidad.html.

 

     “Breves fundamentos sobre los terremotos en Ecuador” responde a las inquietudes más comunes sobre uno de los fenómenos naturales que se presentan con frecuencia en el planeta: los terremotos. ¿Qué son? ¿Cómo se producen? ¿Dónde se producen? ¿Cómo han afectado a Ecuador a lo largo de su historia? Y sobre todo: ¿Cómo podemos protegernos y minimizar sus efectos?

 

     La serie Los Peligros Volcánicos en Ecuador, compuesta por tres volúmenes sobre el Tungurahua, el Cotopaxi y el Cayambe, responde las preguntas de cómo son estos volcanes, cuál ha sido su comportamiento histórico, qué tipo de fenómenos volcánicos se producen en ellos, cómo son vigilados por los técnicos, que sucedería en caso de que erupcionaran y cuáles son los peligros ante los que la ciudadanía debe estar preparada.

 

     “Reforzamiento estructural de construcciones de adobe” es una guía básica para reforzar las viviendas de adobe –tan comunes aún en los sectores rurales ecuatorianos- y mostrar los problemas frecuentes que provocan que una estructura sea más sensible a los efectos de un terremoto y cómo mejorarla.

 

     Estas publicaciones han sido subidas en la página web del Instituto Geofísico gracias a la gentil colaboración de la Corporación Editora Nacional, responsable de la edición impresa, la cual autorizó su  publicación digital.

 

     Además, los lectores de www.igepn.edu.ec podrán encontrar en esta sección publicaciones históricas, sobre proyectos de infraestructura y otros temas. (GM)

El simulacro se efectuó en varias escuelas y colegios del norte de la ciudad.

Agencia Pública de Noticias de Quito

El pasado 2 de febrero se efectuó un simulacro de evacuación a la población y a los estudiantes de los centros educativos, ante un supuesto terremoto de 6,5 en la escala de Richter. Este ejercicio se ejecutó en sectores de cuatro administraciones zonales del Distrito Metropolitano de Quito, con la finalidad de verificar la capacidad de organización y reacción de la comunidad, instituciones educativas, organismos de socorro y otras instituciones públicas.

El alcalde Augusto Barrera, quien asistió al simulacro en el barrio Colinas del Norte en el extremo noroccidental de Quito, indicó que este es uno de los simulacros más grandes que se han ejecutado, para que los pobladores de todas las zonas del Distrito estén preparados y sepan cómo enfrentar un evento natural como este supuesto terremoto, que no solo produce daños, sino que, a su vez, desencadena eventos como deslizamientos, colapso de viviendas, incendios por cortocircuitos, accidentes de tránsito, etc.

Sobre la base de este simulacro, lo que se ha hecho es trabajar con los colegios y la comunidad un proceso de reacción que nos permite saber cuán preparados estamos, para apoyar los procesos de evacuación inmediata, identificación de sitios seguros adonde pueden acudir los moradores en las diferentes zonas donde se produzcan afectaciones y conocer las rutas seguras de evacuación.

Para Barrera, estos ejercicios en tiempo real permiten saber cuáles son las acciones a ejecutarse, con qué elementos humanos y logísticos cuenta cada una de las instituciones de apoyo y rescate y medir los tiempos de reacción.

Manifestó que en caso de producirse un desastre en cada administración funciona el Comité de Operaciones de Emergencia, COE zonal, bajo la coordinación del Administrador/a Zonal y con el apoyo del Cuerpo de Bomberos, Policía Nacional, Policía Metropolitana, Defensa Civil, Epmaps-Q, Emaseo y Emmop-Q, los comités barriales de Seguridad, Cruz Roja, 911, Secretaría de Salud y los lideres barriales.

Durante el 2011 se capacitará a 500 establecimientos educativos para enfrentar desastres y se efectuarán simulacros en todas las administraciones zonales. Resaltó la presencia de la Fuerza de Tarea, la cual cuenta con expertos rescatistas del Cuerpo de Bomberos que han participado en los terremotos de Haití y Chile.

El tiempo de duración del sismo fue de 2 minutos (aprox.), se ejecutó el procedimiento de ACA (Agáchate, Cúbrete y Agárrate y No Corras), luego de lo cual los participantes de establecimientos educativos se reunirán en el Punto de Encuentro e iniciarán su evacuación hacia la Zona Segura. Por su parte, la comunidad luego de aplicar el ACA, se dirigirá a la Zona Segura previamente establecida, donde todos permanecerán hasta el aviso de las autoridades.

Las administraciones involucradas en el ejercicio dispusieron de los Mapas de Riesgos y Recursos, y colocaron la simbología y señalética apropiada para llegar a las zonas que garantizarán la seguridad y protección ante posibles réplicas del evento sísmico, también para evaluar los daños producidos y atender las necesidades para la recuperación.

La coordinación del Plan General del Simulacro de evacuación estuvo a cargo de la Secretaria General de Seguridad y Gobernabilidad, con cada una de las Administraciones Zonales e Instituciones y Organismos de respuesta.

Zona de influencia del simulacro: Se evacuó a la población y centros educativos que han sido previamente preparadas en cuatro Administraciones Zonales de acuerdo a la siguiente organización:

• Administración Zonal La Delicia el barrio Colinas del Norte del sector Vista Hermosa, y Colegio “Diego Abad”.

• Administración Zonal Calderón la Urbanización “Puertas del Sol”, y Unidad Educativa “Elena Cortez Bedoya” de Carapungo.

• Administración Zonal Zona Norte el sector Cochapamba Sur, y Escuela “República Soviética”.

• Administración Zonal Tumbaco parroquia de Puembo, quebrada del Guambi y Colegio “Leonardo Maldonado Pérez”.

 

La estructura de una oficina, donde funcionaba el Ministerio de Inclusión Económica y Social, se derrumbó y los escombros fueron a parar al río Blanco.

El Comercio - Comunicación IG

La construcción de infraestructura pública y viviendas en sitios de alto riesgo, junto a la fuerte temporada invernal que afecta el Litoral ecuatoriano, causa estragos. En el cantón Quinindé, Esmeraldas, la tierra cedió por las fuertes lluvias y se llevó al fondo de una quebrada parte del centro “Lucerito del Saber”. Allí son atendidos los niños que tienen algún tipo de discapacidad.

El fin de semana pasado, cuando se produjo el deslizamiento de tierra, no había alumnos en el lugar. Los vecinos del sector tuvieron que ingresar a la quebrada para rescatar los objetos que fueron tragados por la tierra.

“Había juguetes, mangueras, cartones, sillas y mesas hundidas en el lodo”, dijo José Samisterra, una de las seis personas que ayudaron a limpiar el lugar. El centro fue cerrado temporalmente, pues el riesgo de nuevos derrumbes persiste.

Parte del techo del local más afectado está colgando de una viga de hierro retorcida y los pisos y paredes tienen rajaduras. El centro está en el sector Luz de América, al sur de Quinindé.

Este es uno de los 22 barrios (hay 47 en total) que fueron declarados como de alto riesgo ante desastres por el Comité de Operaciones Emergentes (COE) del cantón. Se levantaron en laderas y en las orillas de los ríos Blanco y Quinindé. Los afluentes rodean el casco central de la ciudad y durante el invierno se desbordan. Allí viven 700 familias “en situación de extremo riesgo”.

Dolores Villegas, secretaria del COE, explicó que la vulnerabilidad aumenta porque, a diferencia de otras ciudades, Quinindé se levantó sobre tierra arenosa e inestable. “Cualquier lluvia, así sea pequeña, produce daños importantes”.

A esto hay que agregar que la intensidad de las lluvias -aunque no la cantidad- ha aumentado en los últimos años, como producto del Cambio Climático provocado por la actividad humana industrial y doméstica, según se desprende de estudios desarrollados por el Instituto Ecuatoriano de Metereología e Hidrología.

Los pobladores se han acostumbrado a vivir anegados. Caminan descalzos sobre las calles inundadas, nadan en los sitios donde se acumula el agua y dicen que no les estorba llevar la ropa mojada. “Qué más podemos hacer. No tenemos a dónde ir y mientras no nos pase nada grave debemos aguantar”, señala Yajaira Maldonado, pobladora del barrio El Carbonerito.

El COE evaluó el problema y definió un plan de acción para el invierno. Entre las principales necesidades identificadas está la construcción de 20 muros de gaviones, uno de hormigón armado y tres ductos. El costo aproximado de las obras sería de USD 5,5 millones y se levantarían en barrios como 16 de Enero, 2 de Marzo y Lomas 2.

En este último sector un joven falleció la madrugada del domingo. A las 01:30 se desprendió parte de una ladera y tumbó la pared de la habitación donde dormía, ya que su casa estaba construida sobre una quebrada. Los cinco familiares con los que vivía dejaron la vivienda y se trasladaron a la de un vecino por seguridad.

Se llevaron las pocas pertenencias personales que tenían. Solo quedó la cama destrozada donde falleció el joven y una vieja mesa de madera con sus cuadernos y libros del colegio.

En el sector, otras 17 familias deben ser reubicadas. El COE solicitó al Ministerio de la Vivienda que designara los recursos para la construcción los hogares. Para ayer tarde estaba previsto que un equipo de la Secretaría Nacional de Riesgos llegara para evaluar la situación.

También es necesaria la rehabilitación de 83 caminos vecinales que están en malas condiciones. Estos solo pueden ser transitados en lomo de caballo o con vehículos de doble transmisión.

Los baches que hay en las calles de tierra, piedra y lastre son cráteres. 435 comunidades utilizan estos caminos y los habitantes están afectados.

En Quinindé, entre el 2008 y el 2010, hubo 638 familias afectadas directa e indirectamente por el invierno. En este año ya se han registrado ocho. Cuatro de ellas han perdido sus viviendas.

El Municipio habilitó dos albergues para ayudarlos, pero los evacuados se niegan a dejar el barrio donde han vivido durante 30 años.

     Un día como hoy, hace 105 años, un sismo de magnitud 8,8 (según el Servicio Geológico de Estados Unidos, USGS), golpeó a la ciudad de Esmeraldas y a otras ciudades del Litoral y, minutos más tarde, generó un tsunami que arrasó numerosas poblaciones costeras de Ecuador y Colombia. Dicho terremoto ocurrió a las 10h36 del 31 de enero de 1906, de acuerdo con el Centennial Earthquake Catalog (Engdahl y Villaseñor, 2002), y tuvo su epicentro en la zona de subducción de la placa Nazca bajo la placa Sudamericana, en el Océano Pacífico, frente a las costas esmeraldeñas.

     Si bien las precarias comunicaciones de la época no permitieron contar con un reporte real sobre la cantidad de víctimas y daños materiales, según el USGS, de 1 000 a 1 500 personas fallecieron por el sismo y sobre todo por el tsunami, que llevó en media hora olas de hasta 5 metros a las playas de las poblaciones fronterizas entre Ecuador y Colombia. Estas olas también arribaron de minutos a horas más tarde a playas más distantes hacia el sur de Ecuador. La cifra de muertos hubiera podido ser muchos más alta, de no ser porque el tsunami se produjo durante la marea baja y porque en esa época la zona afectada estaba escasamente poblada.

     Los daños provocados por el terremoto fueron reseñados por los periódicos de la época, según una recopilación hecha por José Egred. El Tiempo, de Quito, informaba el 4 de febrero de 1906, que desde Tumaco, Colombia, cerca de la frontera con Ecuador, había llegado la noticia de que “Hundiéronse Boca Grande y Las Varas. El punto denominado Tierra Firme cambió de sitio.” En Pichangal, Esmeraldas, continuaba el matutino quiteño, cayeron muchas casas. “El cable [telegráfico] de norte y sur se encuentra interrumpido; cuatro vapores salieron para repararlo en el Pacífico”. El diario El Manabita, por su parte, informaba el 9 de febrero de 1906: “Por pasajeros llegados en el vapor Quito sábese que la población de Esmeraldas ha sufrido la destrucción de 30 casas y 15 en Limones por consecuencia de los últimos temblores. En Tumaco dizque fue un verdadero terremoto, donde perecieron como 600 personas. Los temblores continuaron hasta el 6 del presente […] Cabo Manglares, Boca Grande, Trujillo, Boquerones y Huecada [en Colombia] han sido barridos por el mar.” También el periódico El Grito del Pueblo aportó datos: “El temblor del 31 ha sido de horrorosas consecuencias en estas costas [de Ecuador y Colombia]. El agua en ola azotó furiosamente las riveras de los ríos. El movimiento del mar que llevó las aguas sobre los altos árboles destruyó centenares de vidas. Fue precedido por un rumor hondo y profundo y el suelo quedó literalmente cubierto de peces y aves. En el río Telembí han sucumbido 52 familias […] El mar no ha vuelto a normalizarse.” (28 de febrero de 1906).