Actualización de la actividad
Sismicidad
Como se indicó en el informe especial N°2 la actividad sísmica en el volcán ha aumentado con respecto a su nivel de base, que está establecido desde 1986. Este incremento, muy evidente, desde mediados del mes de mayo, se ha acentuado a partir del día 4 de junio, cuando se han empezado a registrar abundantes señales de tremor. Estas señales de tremor se diferencian de los eventos discretos (de largo periodo) porque tienen una duración mayor. Para este caso del Cotopaxi, la duración del tremor varía entre 10 y 15 minutos. En la figura 1 se muestra como se presentan estas señales en un sismograma.
Con el paso de los días el número de sismos discretos ha ido disminuyendo, pero en su lugar aumentaron las señales de tremor. Se ha observado también que la amplitud del tremor fue mayor los días 5 y 6, aunque luego disminuyó ligeramente y se ha mantenido hasta el día de hoy.
Del análisis de las características de las señales de tremor y de los sismos, se puede indicar que son generados por la misma fuente, la cual, aparentemente estaría ubicada a poca profundidad bajo el cono volcánico.
Tanto los sismos de largo período como el tremor están relacionados a la vibración de fluidos en el interior del volcán. Las señales de tremor, se siguen registrando hasta el cierre de este boletín.
Flujo de SO2
La emisión de SO2 en los últimos días sigue con valores superiores a los 2500 ton/día, lo que representa un incremento con respecto al nivel de base para el Cotopaxi (menor a 500 ton/día). La dirección predominante del viento ha sido hacia el occidente.
Tendencias de la Deformación de los flancos
En el inclinómetro de VC1 (flanco NE) se registra un cambio en el eje radial y en el eje tangencial, de ~100 μrad en los últimos 20 días, indicando una ligera inflación del flanco NE. En el inclinómetro del refugio no se observan variaciones o cambios importantes.
En los GPS se detectan desplazamientos puntuales verticales de menos de 4 cm. La deformación máxima se registra en las estaciones de CAME (W), NASA (W) y VC1 (NE).
No se observa mayor deformación de los flancos.
Observaciones superficiales
A partir del 10 de junio se pudo observar una emisión pulsátil de gas de baja energía al nivel del cráter, proveniente de las fumarolas pre-existentes en el volcán. Estos reportes fueron confirmados también por el personal del Refugio. El personal del Parque Nacional Cotopaxi ha reportado un incremento del caudal de agua en algunas quebradas del flanco NE del volcán.
Conclusiones
La actividad sísmica del volcán, así como la emisión de dióxido de azufre sigue presentando niveles anómalos. Hay que indicar que las señales de tremor registradas desde el 4 de junio, no se han presentado con anterioridad en el volcán, desde el año 1986, en que comenzó el monitoreo instrumental del mismo.
En base a lo anterior se proponer 3 escenarios:
1. Que se siga incrementando la actividad. Los parámetros monitoreados siguen aumentando en los próximos días o semanas con mayores evidencias (sismos sentidos, pluma de gas continúa y fuerte, fuerte olor a azufre, ruidos, incremento de caudal en las quebradas por el descenso de agua lodosa). En este escenario pueden ocurrir explosiones freáticas en el cráter.
2. Que decaiga la actividad actual. Al igual que lo ocurrido entre el 2001 - 2002, 2005 y 2009, es posible que en poco tiempo los parámetros monitoreados empiecen a descender hacia los niveles de base a lo largo de las próximas semanas o meses. De todas maneras, no se descarta que ocasionalmente se puedan producir pequeñas explosiones de carácter freático al interior del cráter.
3. Que se inicie un proceso eruptivo. Es decir que el magma alcance la superficie dando lugar a una erupción. Este escenario actualmente es menos probable, en vista de las características de los parámetros monitoreados.
Al momento los escenarios 1 y 2 son los más probables. Se continuará evaluando comportamiento del volcán en los próximos días y semanas.
El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional está continuamente vigilando las variaciones de actividad en el volcán y se reportará oportunamente cualquier cambio. Se recomienda en especial a los andinistas tener precaución en la zona del cráter, ante la posible ocurrencia de explosiones, que lancen bloques o emisiones muy energéticas de vapor y gases volcánicos, que pueden ser nocivos a la salud.
BB,AA,DA,PM
INSTITUTO GEOFÍSICO
ESCUELA POLITÉCNICA NACIONAL
Anomalías de actividad
Sismicidad
La actividad sísmica del volcán Cotopaxi ha venido mostrando cambios desde mediados del mes de abril de este año, acentuándose los mismos en el mes de mayo (Figura 1). En mayo se han contabilizado 3000 sismos locales. Este aumento es considerable con respecto a los 628 eventos registrados en Abril, como también con lo observado durante la crisis del 2001-2002, que ha sido la más importante en los últimos 15 años (Figura 1).
Adicionalmente, el número de sismos y los valores de sus amplitudes sísmicas, registrados en la estación más cercana al cráter (BREF), muestran también un aumento en el mes de mayo. La energía sísmica asociada corrobora este incremento.
Con respecto al tipo de señales registradas hay un predominio de los eventos del tipo de largo periodo (LP), que están relacionados con el movimiento de fluidos. Dentro de este grupo se ha podido diferenciar un tipo especial, denominado very long period events (VLPs), que se asocia a movimiento de magma en el interior del volcán. Estos VLPs han sido más frecuentes durante el mes mayo y particularmente desde la semana pasada (Figura 2). Este tipo de sismos se han localizado en el norte y nor-oriente del cono volcánico.
Las localizaciones de los sismos muestran también dos tendencias: unos se ubican hasta una profundidad de 3 km bajo la cumbre; y otros son más profundos hasta cerca de 14 km y todos se hallan en las cercanías del cono volcánico.
Flujo de SO2
El SO2 (dióxido de azufre) es un gas volcánico cuya medición es muy útil en el monitoreo de crisis volcánicas. En el volcán Cotopaxi están funcionando desde el año 2008, dos estaciones permanentes de tipo DOAS que miden este gas. Estas estaciones realizan alrededor de 80-100 medidas diarias, de éstas son validadas únicamente aquellas en las que se ha medido efectivamente SO2. La Figura 3 muestra el número de medidas válidas registradas desde enero de 2015, en ésta se puede observar un claro incremento de las mismas, desde el 20 de mayo. Esto se puede interpretar como un cambio de una emisión esporádica a una emisión más continua de este gas.
La emisión de SO2 ha mostrado un incremento con respecto al nivel de base para el Cotopaxi (menor a 500 ton/día), obteniéndose valores que han superado 2500 ton/día llegando cerca a las 3000 ton/día (Figura 4). Valores que no han sido reportados en ocasiones anteriores.
Tendencias de la Deformación de los flancos
Se han detectado cambios muy ligeros en las dos estaciones inclinométricas, ubicadas al norte y nor este, que sugieren una leve tendencia inflacionaria. Por otro lado, la red de GPS (7 estaciones), ubicada en los flancos del volcán, no ha mostrado cambios significativos. Estas leves variaciones pueden deberse a que la fuente de la deformación es muy pequeña y está concentrada en el conducto del volcán o es muy somera (entre 1-3 km bajo la cumbre).
Observaciones superficiales
Desde el mes de mayo se ha observado un incremento en la actividad fumarólica del cráter, incluso visible en algunos momentos desde Quito. Adicionalmente reportes de los andinistas indican que durante este fin de semana del 22 y 23 de mayo el olor de azufre fue muy intenso, en especial a partir de los 5700 m., en el flanco norte del cono. A lo largo de la semana el olor a azufre ha sido menor en la zona del refugio, según reporte del personal del Parque Nacional Cotopaxi y de la zona del refugio.
Conclusiones
Se nota que desde mediados de abril hay un incremento claro de la sismicidad en el volcán Cotopaxi, caracterizada por la presencia principalmente de sismos relacionados a movimiento de fluidos al interior del volcán. Adicionalmente otro parámetro que ha mostrado variaciones importantes con respecto a su nivel de base, es la cantidad de emisión del dióxido de azufre (SO2), el cual ha sido percibido por los andinistas. La deformación en los flancos sin embargo se mantiene sin mayores variaciones.
Todos estos cambios muestran que hay una anomalía en el volcán por lo que El Instituto Geofísico seguirá muy atento a los patrones de datos y cambios de los mismos y comunicará oportunamente variaciones que puedan representar peligro para las poblaciones aledañas.
Hay que indicar que el monitoreo del volcán se realiza desde el año 1986 y actualmente se cuenta con una red de monitoreo de varios parámetros muy extensa. Los datos de observaciones se realizan con las cámaras de video, que son complementados con la valiosa información que proporciona el personal del Parque Nacional, el personal del Refugio y los andinistas.
INSTITUTO GEOFÍSICO
ESCUELA POLITÉCNICA NACIONAL
Instituto Geofísico EPN
Animación Cámaras Cotopaxi
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Cámara Sincholagua |
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Cámara Lasso |
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Cámara Rumiñahui (Visual) |
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Cámara Rumiñahui (IR) |
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Cámara La Merced |
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Cámara Barranca Alta (volcán) |
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Cámara Tambo |
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Cámara WIRA (Visual) |
Cámara instalada gracias al Convenio IGEPN-VDAP. |
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Cámara Barranca Alta (quebrada) |
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Cámara Catalina |
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Cámara Callo Donoso |
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Cámara Bocatoma |
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Cámara Mariscal Sucre |
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Nombre | Cotopaxi |
---|---|
Coordenadas | 0,683º S; 78,436º W |
Altura | 5897 m snm |
Diámetro | 20 km |
Tipo de volcán | Estratovolcán |
Última erupción | Octubre 2022- Julio 2023 |
Estado | Activo |
Actividad reciente | Actividad fumarólica |
Monitoreo | Sísmicidad, deformación, aguas termales, desgasificación |
El Cotopaxi se encuentra sobre la Cordillera Oriental (Real), a una distancia de 35 km al Noreste de Latacunga, 45 km al Sureste de Quito y 70 km al Noroeste de Tena. Su edificio forma un cono simétrico con pendientes de hasta 35° y un diámetro basal de ~20 km, mientras que el diámetro del cráter varía entre 800 m en sentido Norte-Sur y 650 m en sentido Este-Oeste. El Cotopaxi está rodeado por páramos que bordean los 3000 msnm y por otros volcanes como Sincholahua (4873 msnm), Quilindaña (4876 msnm) y Rumiñahui (4722 msnm).
El Cotopaxi es considerado uno de los volcanes más peligrosos del mundo debido a la frecuencia de sus erupciones, su estilo eruptivo, su relieve, su cobertura glaciar y por la cantidad de poblaciones potencialmente expuestas a sus amenazas. Desde el inicio de la conquista española, el Cotopaxi ha presentado cinco grandes periodos eruptivos: 1532-1534, 1742-1744, 1766-1768, 1853-1854 y 1877-1880. Dentro de cierto rango, todos los episodios han dado lugar a fenómenos volcánicos muy peligrosos, y no hay duda de que episodios similares volverán a repetirse en el plazo de las décadas. Los cuatro últimos periodos han dado lugar a muy importantes pérdidas socio-económicas en el Ecuador. La peligrosidad del Cotopaxi radica en que sus erupciones pueden dar lugar a la formación de enormes lahares (flujos de lodo y escombros) que transitarían por drenajes vecinos a zonas densamente pobladas como el Valle Interandino entre Mulaló y Latacunga, y una parte del valle de los Chillos. Se ha estimado que actualmente más de 300.000 personas viven en zonas amenazadas por lahares en caso de que se repitan erupciones similares a las ocurridas en los siglos XVIII y XIX. Adicionalmente, la caída de ceniza producida durante una erupción del Cotopaxi podría afectar una parte muy significativa de la Sierra y la Costa del Ecuador.
El Cotopaxi es también uno de los volcanes más vigilados del Ecuador y al cual se dedican una gran parte de los recursos disponibles para el monitoreo. De hecho, la primera estación sísmica permanente dedicada a vigilar un volcán en Sudamérica fue instalada en el Cotopaxi, en 1976. Desde entonces, la red de monitoreo de este volcán ha crecido constantemente hasta la configuración actual, que asegura una vigilancia adecuada de este peligroso volcán.
Desde inicios del año 2015 el volcán Cotopaxi mostró un comportamiento anómalo, caracterizado por un aumento en la deformación, sismicidad y tasa de emisión de gases, mismo que condujo a la erupción del volcán que dio inicio el 14 de agosto y se extendió hasta fines de noviembre del mismo año. Si bien la erupción fue de baja magnitud (VEI 1), las caídas de ceniza principalmente dirigidas al occidente afectaron fuertemente las actividades agrícolas y turísticas de la provincia de Cotopaxi.
A partir de mediados de octubre de 2022 el Cotopaxi empezó un nuevo período eruptivo caracterizado por emisiones de gases y ceniza de baja magnitud (mucho más pequeñas que en 2015). La erupción que se extendió hasta julio de 2023 y puso en alerta a los entes científicos y de respuesta, quienes se han concentrado en reforzar el monitoreo y actualizar los planes de emergencia y evacuación en caso de que ocurra una erupción de mayor tamaño. A pesar de que esta erupción fue más larga en duración que la de 2015, el volcán emitió únicamente la mitad de la cantidad de ceniza.
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