Minard Hall nació en junio de 1938, dentro de una familia de clase media estadounidense en el estado de California. Obtuvo su título de pregrado y maestría en Geología en la Universidad de California en Berkeley, más tarde en el año de 1969 obtendría su doctorado en la Universidad Case Western, Ohio. Sus estudios se centraron en Petrología y Geoquímica, en aquel entonces no imaginaba que posteriormente forjaría su carrera en torno a la Vulcanología.
Su espíritu de enseñanza y su interés en aprender sobre otras culturas e idiomas le llevaron a buscar un trabajo en la Universidad Nacional de Colombia, en donde impartió clases durante casi dos años. Durante su estancia en Colombia, nació su querido hijo Jonathan a quién crió junto a su pareja de aquel tiempo.
Minard Hall se mudó a Quito en 1972 a pedido del Dr. Tomas Feininger, a quien el Rector de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) había encargado la reapertura de la Facultad de Geología, Minas y Petróleos. Desde entonces, y hasta la década de los 2000, impartió las cátedras de Vulcanología, Geología de Campo, Petrología Ígnea (entre otras). Además, tuvo un papel protagónico a la hora de conformar el Museo Petrográfico de la Facultad de Geología de la EPN, tanto con muestras recolectadas por sí mismo como algunas que intercambió con otras universidades a fin de ampliar la colección.
En 1982 conoció a su compañera de vida, la Msc. Patricia Mothes, con quién se casó en 1990. Juntos trabajaron arduamente por mejorar el conocimiento de los volcanes del Ecuador. Sus primeros trabajos se centraron en los peligros potenciales del volcán Cotopaxi. Luego, junto a sus colaboradores, realizó estudios similares en otros volcanes jóvenes incluyendo al Tungurahua, Antisana, Quilotoa, El Reventador, entre otros.
Algunos de sus estudiantes de la EPN también fueron sus amigos y colegas que le acompañaron durante su vida y su carrera profesional, realizando junto a ellos varios proyectos de investigación. De entre sus alumnos destaca el Dr. Hugo Yépez, junto a quien creó el Instituto Geofísico, entidad que se ha convertido en el referente ecuatoriano de la vigilancia e investigación de los fenómenos sísmicos y volcánicos. Minard Hall fue además el Primer Director del IG-EPN, ocupando esta dignidad hasta el año de 1997.
El Dr. Hall fue siempre un hombre apasionado por las actividades al aire libre, las caminatas, la pesca y los paseos en caballo. Jamás se detuvo; incluso tras su retiro no paró de realizar trabajos de investigación. Los fines de semana salía con su esposa Patricia y sus amadas mascotas al campo para hacer lo que le gustaba, investigar sobre volcanes y estar en contacto con la naturaleza. Se debe destacar que, en los últimos años junto a su esposa, reconoció la existencia de al menos una docena de nuevos volcanes en la Cordillera Real, que no habían sido previamente identificados.
Quienes tuvieron la suerte de conocerlo lo recuerdan como un hombre risueño y amable pero muy exigente en el ámbito laboral, lo cual le llevó a cosechar excelentes resultados en el campo científico. El Dr. Hall es un referente nacional e internacional de la Vulcanología: muchos de los trabajos que han sentado las bases de la investigación moderna llevan su nombre, es prácticamente imposible realizar una investigación sin recurrir a su extensa bibliografía o hacerle mención. Como legado, nos deja todo el conocimiento que ha aportado para el entendimiento de los fenómenos sísmicos y volcánicos en el país.
La mañana del 24 de diciembre de 2023, el Dr. Minard Hall falleció a la edad de 85 años, tras varios meses de presentar problemas de salud. El Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, así como la familia del Dr. Hall, lamentamos esta gran pérdida. Nos despedimos de quien en vida fue un gran hombre, padre, esposo, amigo, maestro y científico.
Autores:
Y. Enríquez, D. Narváez
Facultad de Geología
Escuela Politécnica Nacional
D. Sierra, M. Naranjo
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
Corrector de Estilo: G. Pino
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
Introducción
A inicios del mes de julio de 2023 el IG-EPN puso a disposición del público una Biblioteca Digital que contiene en formato póster todos los Mapas de Amenaza que ha generado a lo largo de sus más de 40 años de trayectoria. Para saber más sobre la biblioteca de mapas del IG-EPN, sigue el siguiente enlace: https://www.igepn.edu.ec/interactuamos-con-usted/2080-la-biblioteca-de-mapas-de-amenaza-del-ig-epn
En los primeros 3 meses, se registraron más de 7 mil descargas de las más de dos docenas de mapas disponibles, siendo los Mapas de Amenazas del Cotopaxi en sus 4 ediciones los que más interés despiertan en el público, debido a su reciente actividad y su alta peligrosidad.
A pesar del esfuerzo realizado durante las últimas 4 décadas, somos conscientes que los mapas de peligros volcánicos pueden resultar complejos de entender y utilizar, tanto para el público en general como para usuarios técnicos especializados. Los mapas elaborados por el IG-EPN desde 1986 pueden tener diferencias entre si, pero su estructura básica es bastante similar y la forma en que deben ser leídos e interpretados conserva una misma lógica. A continuación, te dejamos las directrices básicas para entender los Mapas de Amenazas que componen la Biblioteca Digital del IG-EPN.
El primer paso es entender que los mapas son elaborados en base a uno o varios escenarios eruptivos específicos de cada volcán. Un escenario representa una situación hipotética que describe los fenómenos y efectos de una erupción para un volcán determinado. Cuando es posible, los escenarios se construyen en base a hechos históricos, los cuales son complementados con información geológica y geofísica del volcán obtenida mediante estudios científicos. Su objetivo es definir el tamaño y recurrencia de los fenómenos que serán representados en el mapa, pero la definición de un escenario también ayuda en las tareas de prevención y la planificación de la respuesta ante la ocurrencia de una erupción.
Los escenarios presentes en un mapa tienen diferentes probabilidades de ocurrencia, por lo que es muy importante leer los textos del mapa, pues nos orienta sobre los escenarios representados.
Como se había mencionado, todos los mapas tienen más o menos la misma forma de representar la zonificación de los diferentes fenómenos volcánicos y para ello se utilizan polígonos de diferentes colores. A continuación, se describen las zonas de peligro más comunes representadas en los mapas.
Afectación por Multi-Amenazas Proximales
Las zonas proximales de los volcanes (menos de 10 km alrededor del cráter) son susceptibles a ser afectadas por diversos fenómenos volcánicos, que pueden ocurrir de manera simultánea durante una erupción. Dichos fenómenos suelen ser letales por lo que se los incluye en una sola zona que incluye:
La zona Multi-Amenazas rodea el cráter o centro de emisión. Normalmente, sus límites se definen mediante estudios geológicos o mediante el uso del método del cono de energía. Este método asume que los productos volcánicos se distribuyen de forma cónica desde un punto ubicado encima del cráter y su alcance depende de las pendientes del volcán y de la altura del punto. Los peligros generalmente tienen una distribución radial, siendo siempre más peligroso cuanto más cerca estemos del centro de emisión, sin embargo, la topografía juega un papel crucial en la definición de las zonas de afectación.
Las Zonas de Amenazas Proximales (Multi-Amenazas) están marcadas con tonos de rojo o rosado en los mapas de peligro. Por lo general, los tonos más oscuros corresponden a zonas de mayor amenaza, es decir de escenarios con mayores probabilidades de ocurrencia. Por otro lado, los colores más tenues representan zonas donde la amenaza es menor y/o el escenario es menos probable de ocurrir.
Es importante leer la leyenda del mapa para saber qué representan los colores en cada uno de los casos. Usualmente, los mapas elaborados por el IG-EPN tienen dos o tres gradaciones de color para representar la zona de Multi-Amenazas (Figura 2).
Hay que mencionar que la mayoría de los fenómenos antes descritos se restringen necesariamente a las proximidades de los cráteres, por lo que la posibilidad de ser afectado por un bloque balístico o un flujo de lava por fuera de las zonas de colores rojizos es muy baja o prácticamente nula. Es muy importante también recordar que los escenarios son específicos de cada volcán, por lo que las zonas de peligros proximales no necesariamente representan las mismas probabilidades en todos los mapas.
Zonas de Afectación por Lahares
Los lahares secundarios son de tamaños relativamente pequeños y su afectación se restringe a las proximidades del volcán, por lo cual sus efectos están considerados dentro de la zona de multi-amenazas.
Por otra parte, los lahares primarios son aquellos que se forman simultáneamente a una erupción, lo que puede ocurrir debido al derretimiento de los glaciares o la presencia de grandes cuerpos de agua que son afectados directamente por la erupción. Pueden alcanzar volúmenes muy grandes y tener alcances de hasta varias decenas de kilómetros, que son representados de forma separada y específica en los mapas de peligro.
Los polígonos de afectación por lahares han sido representados mayormente con tonos de gris (aunque excepcionalmente se han representado con otros colores). Se ha evitado siempre el uso del color rojo para que el usuario no los confunda con flujos de lava. También se han evitado los colores de la gama del azul para evitar su confusión con flujos de agua, o con el “cauce normal” de los ríos y quebradas que utilizan para movilizarse (Figura 3 y 4).
Zonas de Afectación por Caída de Ceniza (Piroclastos)
La ceniza es material rocoso fino, con diámetro menor a 2 milímetros, que es expulsado por los volcanes durante las erupciones explosivas. Por su pequeño tamaño es susceptible a ser transportada por el viento y afectar extensas zonas, a veces a grandes distancias del volcán, en función de la velocidad y dirección del viento.
La definición de las zonas de mayor probabilidad de caída de ceniza se ha hecho a través de modelos computarizados y a través del reconocimiento de depósitos correspondientes a erupciones pasadas. Estos estudios han permitido definir las zonas de mayor probabilidad de afección por caída de ceniza para determinados escenarios de cada volcán, mismos que han sido expresados en cada uno de los mapas de amenaza.
Los mapas nos muestran áreas de forma elíptica, cuyo borde está definido por líneas entrecortadas. Cada una de estas líneas corresponde a una isópaca (línea de igual espesor). Es decir, una isópaca nos sugiere el espesor de ceniza (expresada normalmente en milímetros o centímetros) que puede caer dentro una elipse.
La Figura 4 nos muestra que la cantidad de ceniza depositada va disminuyendo en dirección del viento a medida que nos alejamos de la fuente (cráter).
Las elipses que representan la zona de caída de ceniza empiezan en el cono volcánico y se abren en dirección del viento. En el caso del Ecuador, estas elipses están casi siempre orientadas hacia el occidente. Esto se debe a que los vientos que soplan sobre el territorio continental ecuatoriano lo hacen en un 70-80 % del tiempo de este a oeste, es decir, desde el Oriente hacia la Costa. Sin embargo, en algunas ocasiones y en especial entre noviembre y marzo, la dirección del viento es bastante variable.
La Figura 5A muestra las zonas de afectación de ceniza, si una erupción llegara a ocurrir durante un día en el cual el viento estuviera dirigiéndose hacia el occidente (el caso más común). La Figura 5B muestra cómo sería la dispersión de ceniza si una erupción ocurriera en un día en que el viento estuviera alineado en otra dirección (caso menos común), por ejemplo, hacia el norte, y la Figura 5C compila varias posibilidades con diferentes direcciones del viento (norte, sur, este y oeste). En base a estas infinitas posibilidades, los mapas incluyen también un círculo que engloba a todas las elipses y que indica las zonas que pueden ser afectadas por una caída de ceniza en caso de que el viento cambie su dirección habitual.
La Figura 5D nos permite entender cómo la isópaca orientada en dirección preferencial del viento es la zona más susceptible a la caída de ceniza. Sin embargo, el círculo grande muestra todas las zonas que pudieran ser afectadas por caída de ceniza en caso de que el viento cambie su dirección y apunte en cualquier otra dirección.
Avalancha de Escombros (Colapso de Edificio)
Las avalanchas de escombros son el resultado de “grandes deslizamientos” que pueden ocurrir en las laderas de un volcán. Durante estos eventos se desplazan enormes volúmenes de rocas y otros materiales a altas velocidades y a grandes distancias desde el volcán. Una forma coloquial de explicarlos sería que una porción de una ladera del volcán se desprende y se desliza formando una gran avalancha.
Varios de los volcanes del Arco Cuaternario Ecuatoriano han presentado uno o más eventos de avalancha de escombros durante su desarrollo, pero de todas maneras son fenómenos muy poco frecuentes. Estos eventos han sido representados en los mapas de peligro para los casos de algunos volcanes como por ejemplo el Tungurahua, Reventador, Chiles-Cerro Negro y Cotopaxi. Hay algunos casos de volcanes donde estos fenómenos han ocurrido en el pasado, pero no han sido representados en los mapas debido a que no existen condiciones para que se repitan en el futuro, como es el caso por ejemplo del Guagua Pichincha, entre otros.
En los Mapas de Amenazas, la zonificación corresponde a menudo a los depósitos de las avalanchas pasadas y usualmente son representados como líneas entrecortadas gruesas de color verde/azul. Sin embargo, cabe recalcar que este tipo de fenómenos tienen muy bajas probabilidades de ocurrir. Por esta razón, las avalanchas de escombros no siempre están graficadas en los Mapas de Amenazas, y cuando lo están, es únicamente con fines referenciales (Figura 6).
El ejemplo mejor documentado de una avalancha de escombros ocurrió durante la erupción del Mount Saint Helens (EE.UU.) en el año de 1980 (Figura 7).
Recuerda, los Mapas de Amenaza Volcánica para los Centros Volcánicos del Arco Ecuatoriano puedes encontrarlos en el sitio web del IG-EPN ingresando al siguiente link: https://www.igepn.edu.ec/mapas-historicos
D. Sierra, D. Andrade, A. Vásconez, B. Bernard.
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
El día 12 de diciembre de 2023 falleció “el Negro”, una de las mascotas más queridas del Observatorio del Volcán Tungurahua (OVT). El Negro o “Porky” como le llamaban algunos de los vulcanólogos, acompañó al personal del Instituto Geofísico durante los turnos y largas veladas de vigilancia que implicaban monitorizar un volcán tan activo como lo era el Tungurahua.
El volcán Tungurahua permaneció en erupción desde el año 1999 hasta el año 2016. Durante este tiempo el IG-EPN se dedicó a fortalecer las redes de monitoreo en el volcán y a articular el sistema de alerta para salvaguardar la vida de los pobladores de las comunidades aledañas. El Observatorio del Volcán Tungurahua (OVT) se estableció en el año de 1999 pero no fue sino hasta el 2001 cuando se asentó en su sitio definitivo en la Hacienda Guadalupe de la familia Chávez, en el Cantón Pelileo.
Si quieres conocer más sobre el OVT, sigue el siguiente enlace: https://www.igepn.edu.ec/ovt.
La erupción del Tungurahua duró casi dos décadas, tras su última actividad eruptiva el 26 de febrero de 2016 el volcán retornó a la calma. Si bien hoy en día no presenta actividad superficial y su sismicidad se mantiene en niveles bajos, este volcán se considera activo.
“El Negro” fue adoptado por el personal del IG-EPN en el año 2005 y acompañó a los vulcanólogos en sus tareas. Era un perro de temperamento fuerte, pero a la vez cálido y juguetón. Un fiel guardián del observatorio, pero sobre todo una entrañable compañía. La mayoría de los canes les temen a los ruidos de la pirotecnia y las explosiones, pero el Negro no. No había explosión, cañonazo o bramido que le perturbara, él mantenía su mirada fija en el volcán, con un gesto sereno, pero a la vez vigilante.
Tras el cierre del observatorio, en el 2019, “el Negro" se mudó a la casa de la Jefa de Vulcanología del IG-EPN en Cumbayá-Quito. A sus 18 años de edad falleció por causas naturales, pero todos los vulcanólogos lo recordarán como un entrañable miembro del Observatorio del Tungurahua.
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica nacional
La Reunión de Buenas Prácticas para Observatorios Volcánicos (VOBP por sus siglas en inglés) celebró su quinta edición entre el 12 y el 18 de noviembre de 2023 en Pucón, Chile. Este evento, cofinanciado por el Programa de Asistencia de Desastres Volcánicos VDAP del servicio Geológico de Estados Unidos (VDAP, USAID, USGS) y el Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia (INGV) de Italia, reunió a representantes de al menos 25 naciones del mundo para discutir sobre metodologías recomendadas para la comunicación (Figura 1). Por parte de Ecuador, el evento contó con la asistencia de dos representantes del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN), en su calidad de institución encargada oficialmente de la vigilancia de los eventos sísmicos y volcánicos en el Ecuador mediante Decreto Presidencial del año 2003.
El evento nace de la imperativa necesidad de que los diferentes Observatorios Volcánicos alrededor del mundo discutan sus prácticas y experiencias, tanto positivas como negativas. El encuentro pretende que los observatorios se mantengan organizados y encuentren caminos adecuados para interactuar con sus agencias nacionales y mantener al público informado. Así como homogeneizar el uso y la interpretación de los datos que se generan de las diferentes redes instrumentales instaladas en los diferentes volcanes del planeta.
Entre los temas más discutidos durante el evento estuvieron las comunicaciones con los entes oficiales, los protocolos locales de comunicación, los niveles de alerta, el uso de redes sociales y la futura aplicación de las nuevas técnicas computacionales en el procesamiento y almacenamiento de los datos y la información. El evento contó con ciclos de conferencias y paneles de discusión, se espera que, tras la realización del mismo, las principales conclusiones queden resumidas y plasmadas en un artículo técnico-científico que servirá como apoyo para la comunidad de observatorios volcánicos y la comunidad científica en general.
Durante las sesiones, la Dra. Silvana Hidalgo del área de Vulcanología del IG-EPN ofreció una ponencia (Figura 2) centrada en la evolución de los procesos de comunicación del IG-EPN a través de los años. En la cual hizo hincapié en cómo el establecimiento de la red de vigías del Volcán Tungurahua permitió gestionar de manera exitosa una erupción que se extendió durante casi dos décadas. Así mismo se refirió a otras iniciativas como la creación de la red nacional de observadores volcánicos, los proyectos edu-comunicacionales en la zona de influencia del Sangay, como muchas otras iniciativas encabezadas por el IG-EPN que han ayudado a la difusión y la comunicación de la fenomenología volcánica.
De igual manera el Dr. Daniel Sierra realizó una breve introducción a su poster centrado en el uso extensivo de personajes caricaturescos y gráficos simplificados como herramienta para la comunicación de fenómenos sísmicos y volcánicos. Se hizo especial alusión al uso de “Patty la Vulcanóloga”, personaje institucional del IG-EPN que hoy es la protagonista de varias campañas comunicacionales, el cual ha sido utilizado desde su lanzamiento en 2017: https://www.igepn.edu.ec/interactuamos-con-usted/1535-lanzamiento-del-personaje-institucional-del-ig-epn.
Durante el congreso se realizaron ciclos de conferencias, conversatorios, talleres grupales y además los participantes pudieron visitar el Geoparque Mundial Kütralkura de la Unesco que incluye al Volcán Llaima y varias comunidades vecinas. Los Geoparques son territorios que presentan un patrimonio geológico notable en los que se lleva a cabo un proyecto de desarrollo basado en su promoción turística y la conservación.
D. Sierra, S. Hidalgo
Instituto Geofísico
Escuela Politécnica Nacional
Como parte de los esfuerzos y trabajo interinstitucional enfocados a la futura reapertura de la cumbre del volcán Cotopaxi, y dentro de un contexto informativo enfocado en el turismo de montaña responsable, personal del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IG-EPN) imparte charlas informativas sobre los diferentes peligros asociados a campos fumarólicos o cráteres volcánicos activos. La última de estas charlas se llevó a cabo en las oficinas del MAE en el Control Caspi del Ingreso al Parque Nacional Cotopaxi el 22 de noviembre de 2023.
Sabemos que el Ecuador continental posee al menos 84 volcanes (Bernard y Andrade, 2011), de los cuales dos son catalogados actualmente como en erupción: El Reventador y Sangay. Otros, como por ejemplo el Cotopaxi o el Guagua Pichincha, han sido catalogados como Activos pues han mostrado actividad eruptiva dentro de los últimos 500 años y otros como por ejemplo el Chiles-Cerro Negro se consideran potencialmente activos por haber presentado erupciones en los últimos 10 000 años.
Algunos de los volcanes Activos y Potencialmente Activos tienen manifestaciones en superficie, como la presencia de campos fumarólicos con emisión de gases en altas concentraciones y/o temperaturas que pudieran ser potencialmente peligrosos. Así mismo, siempre está latente la posibilidad de la ocurrencia de explosiones inesperadas y otros fenómenos intrínsecos a una zona de influencia volcánica. Por esta razón, el IG-EPN ha manifestado reiterativamente su recomendación de no ingresar a cráteres activos o campos fumarólicos (Figura 2).
A lo largo de los años, estos fenómenos han sido causal de lamentables accidentes, muchos de ellos con consecuencias fatales. Algunos han afectado y han enlutado incluso a la propia comunidad científica. Muchas veces el desconocimiento de estos fenómenos, y el hecho de que sean relativamente pequeños a la escala de lo que un volcán es capaz de hacer, han generado una falsa sensación de seguridad en la población, quienes muchas veces obnubilados por los bellos paisajes ingresan a zonas peligrosas desconociendo lo riesgosas que pueden llegar a ser.
El objetivo general de estas jornadas de capacitación es fomentar el conocimiento y aprendizaje sobre las dinámicas volcánicas (Figura 3). De igual manera, se espera que estos encuentros ayuden a tomar decisiones enfocadas en la seguridad de quienes decidan visitar estos sitios. La idea es informar y capacitar a los actores directos para permitir, por ejemplo, que la reapertura de la Cumbre del Cotopaxi se realice de una manera organizada y ofreciendo las garantías mínimas de seguridad para permitir el flujo turístico.
El volcán Cotopaxi empezó un periodo eruptivo en octubre de 2022, el cual se extendió por varios meses hasta julio de 2023. Hoy en día, se considera que esta erupción ha llegado a su fin. Sin embargo, el ascenso a la cumbre continúa restringido. El período eruptivo 2022-23 fue de baja magnitud, incluso más baja que la registrada durante el periodo eruptivo de 2015. Sin embargo, no se descarta que en los próximos años el volcán Cotopaxi pueda tener actividad eruptiva más importante, semejante a la que ha sido plasmada en los Mapas de Amenaza, mismos que representan una erupción relativamente grande (similar a la acaecida en el año de 1877). Por esto lo más importante es permanecer preparados e informados.
Durante las jornadas de capacitación se imparten conceptos básicos de vulcanología y se discuten casos de accidentes documentados, en los cuales se detalla el impacto que ciertos fenómenos volcánicos pueden tener sobre el ser humano. Además, se comparten ciertas recomendaciones que podrían ayudar a salvar vidas en caso de un evento adverso. El uso de indumentaria de seguridad, el establecimiento de canales de comunicación bidireccional, la zonificación de los peligros y la señalización son algunas de las recomendaciones.
Entre los asistentes a este tipo de charlas están los miembros de organismos de rescate, asociaciones de guías de alta montaña, operadores turísticos, así como autoridades y funcionarios que están involucrados en la administración de los sitios turísticos como el Ministerio de Ambiente (Figura 4).
El Instituto Geofísico extiende un agradecimiento por la coordinación y participación de la Secretaría de Gestión de Riesgos, el Parque Nacional Cotopaxi, ASEGUIM y OPTUR, para la difusión de estas conferencias. Así mismo, exhorta a la comunidad de montaña a ser parte de estas capacitaciones y a respetar las normas vigentes de acceso a las diferentes zonas consideradas como potencialmente peligrosas (por ejemplo: ingreso al fondo del cráter del volcán Guagua Pichincha, ascenso a la cumbre del volcán Cotopaxi, etc.)
Autores: M. Almeida, D. Sierra
Corrector de Estilo: G. Pino
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