Un sismo de 6,5 grados de magnitud sacudió el sureste de Irán el lunes 20 de diciembre por la noche y causó la muerte de al menos siete personas, además de herir a por lo menos otras 33.
El canal de televisión estatal iraní señaló que el sismo afectó al pequeño pueblo de Hosseinabad, que cuenta con unos cientos de habitantes en la región de Chah Malek en el sureste de Irán, a las 22:12 horas locales (18:42 GMT).
Mohammad Barzang, el gobernador de Rigan, otra población pequeña afectada por el temblor, dijo que la caída de casas en tres poblaciones lejanas había dejado a varios habitantes entre los escombros. Agregó que los equipos de rescate enviados a la zona lograron liberar a muchos de los atrapados.
Barzang señaló también que los socorristas continuaban trabajando este martes para salvar a otros de entre los escombros, pero que no había indicios de que la cifra de muertes pudiera aumentar mucho.
El área no está muy alejada de la ciudad histórica de Bam, lugar que fue devastado en un terremoto del 2003 de similar fuerza y a causa del cual murieron más de 26 000 personas.
El epicentro estuvo a una profundidad de 5 kilómetros, a unos 100 kilómetros de distancia de Bam, agregó la televisión estatal, que reportó el martes que se habían registrado hasta 25 réplicas en la región, incluyendo una de 5,0 grados. El servicio telefónico se cortó en la zona afectada.
Un funcionario de alto rango, Javad Kamali, dijo este martes que el terremoto también causó graves daños en los edificios y en la infraestructura de la región, reportó la agencia oficial IRNA.
Kamali informó que ya se habían enviado equipos de socorro a las áreas afectadas.
Se ha enviado socorro a fin de reabrir las caminos que han quedado bloqueados a causa del sismo, agregó.
Incluso los sismos moderados han provocado la muerte de miles de personas en el campo iraní, donde las construcciones son a menudo de adobe.
Irán está situado sobre una falla sísmica y a menudo se producen terremotos. Experimenta por lo menos un ligero sismo al día, en promedio.
Dirigentes y pobladores de las zonas cercanas al volcán Tungurahua insistieron en el pedido de ayuda a las autoridades, ante los problemas que viven por la reactivación volcánica.
Lo hicieron en una reunión realizada la noche del pasado martes en la comuna La Paz con Gustavo Sánchez, viceministro de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR).
Allí, el alcalde de Quero, Raúl Gavilanes, recordó que tras la firma de dos decretos de excepción a inicios de año, el Gobierno aún tiene pendiente una transferencia por USD 17 millones que ofreció para atender la sequía y la caída de ceniza.
A la cita también acudieron dirigentes de las parroquias Cusúa, cantón Pelileo (Tungurahua), y Bilbao, cantón Penipe (Chimborazo). Pobladores de las comunidades Pillate, San Juan y Laurelpamba dijeron que la agricultura es una actividad cada vez más riesgosa en estos sitos porque los cultivos siempre son afectados por la caída de ceniza.
Diario El Comercio, 15 de diciembre de 2010
El proceso eruptivo del volcán Tungurahua cambió la vida de 698 familias. Todas residían en las poblaciones consideradas de riesgo como Cusúa, Chacauco, Juive Grande, El Manzano, Puela y Bilbao. Hace dos años, con la ayuda del Gobierno, las mingas comunitarias y otras organizaciones, estas familias fueron reubicadas en tres reasentamientos situados en los cantones Baños, Pelileo y Penipe (Chimborazo).
Los técnicos del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) les pusieron condiciones para poder cambiarse gratuitamente a las nuevas edificaciones. Por ejemplo, en 10 años no podrán venderlas y deberán residir permanentemente en ellas.
Mientras los plazos se cumplen, no todos cuentan con las escrituras y decenas de familias tampoco han roto el vínculo con sus tierras de origen. A diario van y vuelven de las zonas consideradas en peligro. Allá continúan con sus cultivos y la cría del ganado.
Para muchos, el cambio les significó una mejoría. Antes moraban en casas de tapial y teja. Ahora los rodean edificaciones de bloque con techados modernos, jardines, calles adoquinadas, alumbrado público y servicios de agua potable, alcantarillado, Internet y TV por cable.
En el cantón Penipe (Chimborazo) se construyeron 380 viviendas. Wilfrido Núñez, de la parroquia Puela -en las faldas del volcán- habita en una de ellas.
“En este reasentamiento la mayoría de gente regresa diariamente a las zonas de riesgo. Allá cuidan los sembrados de maíz, tomate de árbol, fréjol, arveja y el ganado. A las 08:00 el pueblo se queda vacío”, señala Núñez. Este hombre de 45 años extraña la libertad que tenía en su finca.
“Aquí apenas si hay un poco de tierra para plantar flores”.
Para José Mazón, presidente de la parroquia Puela, los vecinos ya se acostumbraron a ir y venir. “Incluso, tienen parte de sus pertenencias (cocinas, platos, ropa, armarios, mesas, camas) en las comunas de riesgo”.
Nuevas reubicaciones
El Comercio, 14 de diciembre de 2010
Mientras el volcán se mantiene con una actividad calificada por los técnicos como tranquila, más de 600 familias en las zonas próximas al coloso están desesperadas.
Los sembríos siguen afectados por la ceniza, tras la nueva reactivación del Tungurahua el 22 de noviembre pasado, y el pasto para el ganado y los animales menores (cuyes, conejos, gallinas) no abunda.
Por eso, hoy, a partir de las 19:00 se realiza una reunión en el reasentamiento La Paz, en Pelileo, para buscar una solución a largo plazo para los habitantes de las zonas próximas al volcán como: Cusúa, Chacauco, Bilbao (Chimborazo), Pillate y San Juan.
Nuevamente leemos en la prensa que las cenizas del volcán Tungurahua están afectando los cultivos de la zona, incluyendo el pasto para el ganado y consecuentemente la producción de leche. Las autoridades del sector y el MAGAP deberían conocer que existe una alternativa de cultivo y pasto (forraje), que no es afectado por la ceniza volcánica. Se trata de la tuna o nopal, que, por la disposición vertical de sus hojas, no permite que la las cenizas se queden en ellas.
La tuna forrajera, cuya característica principal es no tener espinas, se ha convertido en alternativa válida para alimentar el ganado, incluidos cabras, ovejas y cuyes, en zonas áridas de otros países como México, donde las universidades realizan estudios experimentales para enriquecer con proteína este gran alimento del ganado. En este país obtienen hasta 400 toneladas de forraje por hectárea y por año. Además, México tiene, en la agroindustria de exportación de la tuna, ya sea de la fruta como del nopal o planta, fuentes importantes de ingreso de divisas, generación de fuentes de trabajo, y, lo más importante, el arraigo de las familias en el campo. Todo esto en zonas marginales, de extrema pobreza y abandono.
Luis Gavilanes E.
Publicado en El Comercio, 10 de diciembre de 2010
© 2024 Instituto Geofísico - EPN
Inicio | Escuela Politécnica Nacional | Correo Institucional
Ladrón de Guevara E11-253, Aptdo. 2759 Quito - Ecuador.
Teléfonos: (593-2)2225655 ; (593-2)2225627 Fax: (593-2)2567847