Los estudios geológicos permiten determinar cuáles son los volcanes que pueden tener erupciones en el futuro, a largo plazo. Los métodos científicos de vigilancia y monitoreo de volcanes pueden permitirnos anticipar la ocurrencia de una erupción en el corto o mediano plazo (días a semanas), al determinar el movimiento de magma hacia la superficie. Sin embargo, en la gran mayoría de casos, estos métodos no pueden decirnos exactamente la hora a la que va a ocurrir o el tamaño que va a tener una erupción. Por todo ello, es necesario hacer planes de contingencia para la ciudadanía que permitan hacer frente a las incertidumbres que tienen los métodos de monitoreo científico.